La cita es cada lunes desde las 20 hs en la capilla del barrio Güemes. Allí asiste un grupo de niños, que ha ido creciendo en las últimas semanas, para aprender a jugar este tradicional juego. El taller está a cargo de los profesores David Ovando y Joan Quiroz, quien no cobran para enseñar y aclaran “lo hacemos de corazón”.
Hoy el taller cuenta con unos quince estudiantes, niños niñas, de entre 7 y 15 años de edad; y la iniciativa surgió meses atrás por “las propias ganas de transmitir los conocimientos de un juego maravilloso que no tiene fecha cierta de invención” – indica el profesor David; “y sino sabes jugar pensas que es difícil, pero puedo asegurar que es fácil de aprender ya que básicamente son seis piezas que se mueven de diferentes formas y después queda librado a la inteligencia de cada uno en poder elaborar estrategias.”
También Ovando explicó que el ajedrez tiene muchos beneficios para la mente, “son infinitas las posibilidades de jugadas que pueden surgir, nunca hay una partida igual. Siempre se aprenden formas nuevas por más que hayas pasado mucho tiempo jugando, es increíble lo que trabaja el cerebro con este juego.” Y manifestó que aunque comenzaron con cinco tableros completos, varios alumnos traen los suyos a cada clase.
“Una anécdota muy buena es que llegué a la primera clase con una explicación metódicamente para enseñar a jugar y lo primero que me dijeron fue ‘queremos jugar, ya sabemos cómo’; así que armaron los tableros y comenzaron”- cuenta explicando que además de la enseñanza, en cada taller se crea un clima hermoso de camaradería; “hacemos la invitación a todo aquel que quiera aprender a jugar, sea el nivel y la edad que sea.
El hecho sucedió este mediodía, cuando los trabajadores estaban realizando tareas de matenimiento en la sección de Reducción Directa de la planta ubicada en Villa Constitución.