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El “Canalla”, que acumulaba cinco partidos sin triunfos, derrotó a Lanús por 2 a 1 en Rosario. Franco Niell y Diego Lagos convirtieron los goles. Ismael Blanco había empatado transitoriamente para los visitantes. Reviví los goles en video. Mirá
Foto: Minuto Uno
Central se dio el gusto de ganar y lo gritó con todo en la noche de Arroyito. Pero el grito más que de festejo llegó en forma de desahogo, de alivio, por un triunfo que se hizo rogar, que se demoró más de la cuenta. Fue un 2 a 1 merecido ante un equipo con experiencia y mucho oficio como Lanús. Una victoria que llegó como consecuencia del mejor andar canalla, que, pese a la presión por la necesidad imperiosa por el triunfo, tuvo aplomo y se supo reponer de las circunstancias que entregó un partido vibrante y emotivo.
Un triunfo canalla que vale doble, porque siempre fue el que lo buscó, porque lo consiguió en el momento en que más lo necesitaba, porque lo logró ante un rival que siempre es muy complicado, y porque además lo hizo jugando con aplomo en el segundo tiempo, cuando el partido estaba caliente.
En ese marco una de las mayores virtudes que mostró el canalla fue la personalidad para sobreponerse a los golpes de efecto que entregó el partido. Porque si bien hizo méritos para ganarlo con tranquilidad, debió levantarse primero tras el penal marrado por Nery Domínguez, a los 26' del primer tiempo por una mano infantil que cometió Araujo y que además derivó en la expulsión justificada de Marchesín, el arquero granate por gestos descomedidos contra el árbitro.
Y después, luego de que Franco Nell marcara la apertura del marcador, en la primera pelota que tocó en el área rival, debió levantarse otra vez tras el empate de Lanús, tras una falla defensiva.
Pero se puso de pie, dio muestra de aplomo y de carácter, tal vez la más importante que entregó este equipo en lo que va del torneo, y de tanto buscar el desequilibrio lo alcanzó en la cabeza de Lagos, que apareció en el segundo palo de atropellada.
Fue 2-1 que pudo ser más amplio, porque la desesperación de Lanús por buscar la igualdad hizo que dejara espacios en el fondo que Central no terminó de aprovechar en cada una de las contras que sacó que tenían olor a gol, pero que fue desperdiciendo una a una en los pies de Carrizo, de Pol Fernández, de Niell y de Abreu, quien mejor definió cuando tuvo la chance.
El pitazo de Merlo trajo alegria y festejo, aunque llegó en forma de desahogo y alivio. Un alivio que demoró demasiado en llegar, pero que puede serle útil de cara al futuro inmediato.
