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La empresa argentina Essen, reconocida a nivel mundial por sus ollas y sartenes de aluminio fundido, atraviesa un período de incertidumbre tras concretar el despido del 10% de su personal, lo que se traduce en 30 trabajadores cesanteados en su planta de Venado Tuerto, Santa Fe.
La medida, que afecta a 20 empleados efectivos y 10 contratados, generó alarma en la ciudad santafesina, donde la fábrica es un pilar de la identidad industrial.
Según la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), los despidos son una consecuencia directa del impacto que está generando la flexibilización en el ingreso de insumos importados en distintos tramos de la producción.
El gremio, a través de su secretario general en Venado Tuerto, Diego Olave, advirtió sobre un cambio de modelo en el sector: "Hay empresarios que se están volviendo importadores". Olave explicó que tareas que antes requerían 30 trabajadores, ahora pueden realizarse con solo ocho si las piezas clave se traen del extranjero, provocando un desplazamiento directo de la mano de obra local.
Essen, que durante 45 años fabricó más de 30 millones de piezas y es considerada la fábrica de piezas de aluminio fundido con esmalte vitrocerámico más grande del mundo, está reestructurando su cadena productiva.
A pesar de que el CEO de la empresa, Wilder Yasci, había reportado semanas atrás un crecimiento en mercados de exportación como Paraguay, Bolivia, Perú y México, la competencia externa ha impactado fuertemente en su estructura.
Recientemente, la empresa lanzó al mercado su robot de cocina "Línea Rein", un desarrollo que demandó una inversión millonaria pero que avanzó gracias a la incorporación de componentes chinos, lo que refleja la nueva dinámica productiva de la firma.
Ante la tensión generada, la gerencia de Essen mantuvo una reunión con el personal la semana pasada y aseguró que no continuarán con más despidos, aunque el clima de incertidumbre persiste entre los 300 empleados que aún trabajan en la planta.
