Lucas Virgili, propietario de una fábrica de cámaras para bicicletas y ciclomotores ubicada en San Martín al 1400, relató la desesperante situación que atraviesa su empresa, la cual opera desde hace aproximadamente 15 años en Arroyo Seco. Virgili señaló que, debido a la caída del consumo y la crisis económica nacional, la fábrica se encuentra al borde del cierre definitivo, afectando a decenas de familias en la comunidad.
"La situación en este momento es acuciante, es terrible", declaró Lucas Virgili para una entrevista con Canal 6. Según el empresario, la caída del consumo comenzó en noviembre y diciembre del año pasado, durante la gestión anterior, pero se ha agravado considerablemente en los últimos meses. "Pasó de 0 a 100 en términos de caída del consumo, al menos para el rubro de la bicicleta", explicó.
Virgili atribuye esta crisis a varios factores. Aunque la importación está permitida, los importadores deben pagar con sus propios dólares, lo cual no es el principal problema. "Entran muchas cámaras de contrabando, como es de conocimiento y como ha pasado siempre, pero ese no es el gran problema por el cual no hay consumo, sino la falta de plata. La gente, al no haber plata y al haber bajado en forma drástica el poder adquisitivo por la gran crisis a nivel nacional, prioriza la comida sobre otros productos", afirmó.
Impacto de la crisis en la producción
El empresario señaló que la bicicleta, aunque es un medio de transporte común en todas las clases sociales, ha visto una disminución en su uso debido a la crisis y a las extremas condiciones climáticas recientes. "Antes, la persona que tenía una cámara pinchada le hacía un parche y después compraba una cámara nueva. Ahora, como han subido tanto los precios y se encareció todo el costo de vida, le ponen 10 parches a la cámara", explicó Virgili, señalando cómo esto afecta drásticamente la producción de su fábrica.
De 20 empleados a solo 3
Hace un año, la fábrica de Virgili empleaba a unas 20 personas y operaba en dos turnos. Hoy en día, solo tres empleados continúan trabajando, principalmente para finalizar tareas pendientes. "Están cerrando tareas, es decir, terminando de procesar la materia prima que había en fábrica para vender lo último y dar cierre total al establecimiento", detalló Virgili.
Pedidos de ayuda y respuestas insuficientes
A lo largo de estos 15 años, Virgili ha solicitado ayuda en varias ocasiones. Aunque algunos políticos han mostrado interés, las soluciones concretas no han llegado a tiempo. Virgili mencionó que, en diciembre, pidió ayuda al intendente Daniel Tonelli y al gobernador Maximiliano Pullaro, quienes visitaron la fábrica y se comprometieron a buscar soluciones. Sin embargo, la respuesta llegó demasiado tarde. "Cuando nos juntamos con Guillermo Becani, el secretario de desarrollo industrial, quedaron en darnos una respuesta en diciembre. Pasaron los meses hasta que nuevamente en julio se nos dio una respuesta que ya no servía", lamentó Virgili.
Comparó la situación con la de un paciente en terapia intensiva que requiere acciones urgentes: "Si te demoras, el paciente muere. Eso es lo que pasó con nuestra fábrica".
La falta de seguimiento y apoyo continuo
Virgili también criticó la falta de seguimiento por parte de los funcionarios locales, haciendo clara alusión a los responsables del área de Producción como son Fernando Forgione y Sergio Falasco, del equipo de Tonelli. "No hubo ningún tipo de comunicación en virtud de la problemática que planteamos. Daniel, el intendente, no estaba al tanto de la gravedad de la situación hasta que estalló", explicó. Esta falta de acción lleva entonces al inminente cierre de la fábrica, afectando no solo a los empleados, sino también a sus familias.
El impacto en la comunidad y la economía local
El cierre de la fábrica de cámaras para bicicletas en Arroyo Seco es un reflejo de una crisis más amplia que afecta a numerosas pymes en la región. Virgili destacó que muchas pequeñas y medianas empresas están cerrando, y la falta de apoyo gubernamental agrava la situación. "Escuchaba en la radio que están cerrando muchas pymes en Santa Fe. Esto no se trata de política, se trata de trabajar para la sociedad", afirmó.
El empresario enfatizó la importancia de las pymes en la economía local, ya que generan empleo y permiten que las familias tengan ingresos para gastar en el comercio local, lo que mantiene la rueda económica en movimiento. "Las pymes somos las que empujamos, las que aportamos, las que le damos trabajo a las personas para que tengan dinero en el bolsillo y vayan al almacén del barrio, al supermercado, a la tienda", explicó Virgili.
Para culminar, Virgili expresó su frustración con la falta de apoyo efectivo y la burocracia que ha impedido soluciones oportunas. "Nosotros siempre apostamos a que los políticos van a cambiar su mentalidad o su trato con la sociedad, pero al final siempre pasa lo mismo", reflexionó. A pesar de todo, mantiene la esperanza de que algún día los políticos comprendan la importancia de las pymes y trabajen en conjunto para sostener la economía y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
El cierre de esta firma no solo representa la pérdida de un negocio, sino también el impacto en una comunidad que depende de este tipo de empresas para su sustento y desarrollo. La historia de Virgili es un llamado de atención sobre la necesidad de políticas más efectivas y un apoyo real a las pymes, fundamentales para la economía y el bienestar social de la región.