El concejal e intendente electo, Nizar Esper, se mostró muy preocupado respecto a la situación económico – financiera de la municipalidad de Arroyo Seco. Adelantó que tiene intenciones de que se modifique la ordenanza tributaria que hace, por lo menos, un año que no pasa por un reajuste; y admitió que el panorama “es bastante complicado”.
Hace meses y sin respuesta aún, se le solicitó oportunamente al poder ejecutivo un informe para conocer el estado real en que está la municipalidad de Arroyo Seco. Es decir, el estado de las cuentas, deudas, juicios y de esta manera analizar en profundidad en qué panorama se encuentra nuestra ciudad. Así también lo solicitó el concejo esta semana mediante una minuta de comunicación presentada por el Dr. Gabriel Olivé, quien una vez que Nizar Esper asuma la intendencia pasará a ser el Asesor Legal y Técnico del palacio municipal.
A pesar de no tener datos concretos, Esper sabe que la planta municipal hoy posee entre 460 y 490 empleados, lo que representa una masa salarial de 7 millones de pesos en los que se contemplan unos 4.900.000 pesos netos, más aportes y obra social; entre otros. Ante esta situación y con el objetivo de que se puedan garantizar los servicios primordiales a los contribuyentes, el nuevo intendente anticipó que con su equipo de trabajo, de cara al 10 de diciembre, evalúa un reajuste de la ordenanza tributaria y de las tasas. Es por ello que está en tratativas con la Secretaria de Hacienda Municipal, María José Lauri; y mantiene permanentes reuniones con el sucesor en esta última cartera, Juan Carlos Difavia.
Si se decide algún tipo de modificación a la ordenanza tributaria actual, esto significará además que las grandes empresas instaladas en Arroyo Seco deberán ajustarse a la normativa y en este sentido, Esper ejemplificó la situación con lo que pasa en los períodos de cosecha gruesa donde a los puertos ingresan aproximadamente unos 500 camiones por día y que mientras que otras localidades están recibiendo 100 pesos por camión, aquí sólo se les cobra 30 pesos. Lo cual se traduce a “un desfasaje”.
A lo que apunta Esper es que se tribute de forma equitativa y que, pese a que sabe que la situación es compleja, el vecino goce de los servicios por los que paga mes tras mes. Mientras que, por otro lado, de ninguna manera descartó la posibilidad de decretar la emergencia económico, financiera y administrativa de nuestro municipio. Esto implicaría que, por ejemplo: “sobre todo el personal político y administrativo, lamentablemente, al principio no va a poder cobrar los sueldos en esta situación si es que nosotros no hacemos algunos retoques”.