Fue lo que se le pasó por la cabeza a Rebeca Romero anoche cuando una pareja de ladrones llegó a su granja. Dijo que les abrió porque los conoció y suponía que llegaban en calidad de clientes. Sin embargo, terminaron por robarle, pegarle y amenazarlas tanto a ella como a su madre con que las iban a asesinar.
Eran cerca de las 11 de la noche, sonó el timbre del negocio y Rebeca se acercó hasta la puerta, abrió y entraron un hombre y una mujer de unos 35 años aproximadamente. Tras esto, ella se cruzó del otro lado del mostrador dispuesta a atenderlos y de repente el ladrón le propinó un golpe de puño en el rostro y fue entonces que sacó el cuchillo que llevaba en la cintura con el que comenzó a amenazarla. “Me lo quería clavar”, recordó la víctima.
Después de esto y, al parecer, de forma violenta y con agresiones e insultos; la llevó hasta el comedor mientras la intimidaba apoyándole la cuchilla en la espalda. En ese momento, la mamá de Rebeca se despertó, preguntó qué pasaba; y de esta manera también terminaron por reducirla. Los hechos duraron varios minutos, Rebeca resultó con golpes en su cabeza porque este sujeto no paraba de pegarle con el mango del arma que utilizaba para amedrentarlas. Como último los malvivientes antes de irse decidieron encerrarlas en el baño.
Contó que les revolvieron toda la vivienda y así también el almacén; y que les llevaron varias cosas de valor como una notebook, dos celulares, mercadería como vinos, champagne y fernet; unos 5 mil pesos en efectivo, bolsos donde guardaron las cosas robadas, documentación de su mamá que estaba dentro de estos bolsos; y el manojo de llaves completo de todas las puertas de la vivienda.
Luego del lamentable episodio y pasados algunos minutos de la huida de estos individuos, consiguieron salir de la casa, usando otro juego de llaves que ellas tenían y que la pareja de ladrones no reparó en llevarse. Cuando salen a la vereda se encuentran con que varios vecinos justamente estaban llegando a sus casas y que afuera había un móvil policial. “No sé quien llamó a la policía pero se lo agradezco de corazón”, subrayó Rebeca.
Ya radicó la denuncia del caso en la sede policial y como dato agregó que ella conocía a los delincuentes que le robaron porque en algunas otras oportunidades los había atendido como ocasionales clientes. Contó que suelen andar por el barrio porque, supuestamente, serían conocidos de una mujer con domicilio allí en la zona.