El ex intendente de Arroyo Seco Darío Gres, actual director de Areas Metropolitanas del gobierno de Miguel Lifschitz, acusó ayer al actual jefe comunal de esa localidad, Nizar Esper, de "haber estado personalmente en la puerta de (el boliche) Punta Stage dos veces" durante la madrugada del 1º de enero "ayudando a controlar el acceso y el operativo municipal desplegado". Después de la fiesta electrónica que se hizo en el sitio, prohibida por decreto en esa ciudad, fallecieron dos jóvenes por presunta ingesta de éxtasis. Ahora, la denuncia de Gres apunta a que su sucesor "reconoció" haber estado en el lugar, por lo que no puede aducir ignorancia sobre lo que estaba ocurriendo. "Si fuera cierto que desconocía que se haría el evento electrónico, pero a su vez estuvo presente colaborando en la organización, la pregunta es por qué no lo clausuró de oficio in situ", ya que "tenía todas la facultades para hacerlo", afirmó el funcionario.
Desde la Intendencia prometieron responder a Gres "oportunamente por la vía que corresponda" y contraatacaron recordando que el ex jefe comunal "dejó a la ciudad en bancarrota".
Gres se refirió así a las declaraciones que Esper hizo la semana pasada a Radio Extremo, de Arroyo Seco, donde admitió haber estado "dos veces" en el ingreso de la rave junto a su esposa.
"Yo estuve hasta las 5.20", se escucha decir a Esper, quien también relató haber "visto la cantidad" de policías, guardias urbanos y agentes de tránsito que hubo en Punta Stage, aun cuando no precisó en qué números.
En el mismo programa radial, el intendente se explayó además sobre otra gran fiesta que, en paralelo con la multitudinaria rave del boliche, se llevó adelante el 1º de año en el Rowing Club de Arroyo Seco. En ese lugar también se produjeron incidentes.
Sin herramientas
Al respecto, el ex intendente de la localidad, distante 32 kilómetros al sur de Rosario, recordó que durante los dos períodos en que estuvo al frente de la ciudad "padeció" ese tipo de eventos "sin ordenanzas que los prohibieran y con casi nula legislación, incluso respecto a la nocturnidad".
Y afirmó que sólo gracias a un intenso "trabajo y búsqueda de consensos se logró en 2015 prohibir estas fiestas en la ciudad".
Gres se mostró convencido de que su sucesor no puede decir, como sostuvo reiteradamente, que desconocía que lo que iba a realizarse en Punta Stage era una fiesta electrónica —una actividad "suspendida" por decreto municipal en Arroyo Seco desde abril pasado— cuando estuvo personalmente en la puerta del boliche mientras la rave se concretaba.
"No se puede negar la realidad y menos evadir las responsabilidades que le corresponden al Estado", reclamó Gres. Sobre todo, sostuvo, cuando el propio intendente reconoce haber estado en el lugar. "Simplemente porque ese tipo de fiestas estaban prohibidas, debió haberla impedido o clausurado", dijo el actual funcionario provincial.
"Después podemos discutir todo, pero ese punto es básico", afirmó Gres, quien reiteradamente negó que su denuncia encubra una actitud de oportunismo.
"No quiero aprovecharme políticamente de esta situación ni hacer leña del árbol caído, porque que un pibe saque una pastilla del bolsillo y se la tome en una fiesta es algo que le puede pasar a cualquier intendente", dijo. Otra cosa, sin embargo, es la obligación de "marcar las responsabilidades que le caben a cada uno", sentenció.
Siempre según el ex intendente, hubo una "serie de pasos administrativos que debieron darse por tratarse de una fiesta distinta y de tal magnitud", y a la vez "publicitada por muchos medios durante un mes".
Entre los puntos que para Gres deberán aclararse (y que el Concejo Municipal tendría que reclamarle a Esper) figura, por ejemplo, qué cantidad de adicionales policiales se pagaron o se cumplieron efectivamente esa noche y cuántos agentes municipales (por ejemplo de Tránsito) trabajaron, habida cuenta de la magnitud de los festejos en simultáneo.
También criticó el hecho de que Esper le haya pedido la renuncia a su secretaria de Gobierno y reemplazado a esa funcionaria por el titular del área Legal y Técnica, Gabriel Olivé, "que era justamente el encargado de ocuparse de la legalidad de todo esto".
De hecho, fue el propio Olivé quien se excusó de responderle a Gres a través de la prensa y prometió hacerlo, en cambio, "por la vía que corresponda".
Aun así, el funcionario desestimó la denuncia por "oportunista" y afirmó que el antecesor de su actual jefe "dejó a la ciudad en bancarrota y hecha un desastre, cosa que toda la ciudadanía de Arroyo Seco sabe".
"Si estuvo presente colaborando en la organización, ¿por qué no la clausuró de oficio in situ si tenía facultad?"