El mantenimiento de todas las instalaciones internas de agua es una responsabilidad de cada usuario. Se recomienda realizar una inspección del estado sanitario del tanque cada 6 meses y la limpieza al menos una vez al año con el objetivo de conservar la calidad del agua dentro del hogar eliminando los microorganismos que se acumulan en este depósito y que pueden causar problemas de salud.
Aprovechá el final del invierno para realizar el mantenimiento del tanque. Es una tarea necesaria para conservar la calidad del agua y para evitar enfermedades. Te contamos cómo hacerlo en seis pasos.
1. Cerrar la llave de ingreso de agua al tanque. Luego, cerrar la válvula de la cañería de distribución interna (y la de calefón o termotanque en caso de estar separadas) y abrir la válvula de limpieza o desagote hasta que quede un fondo con 15 centímetros de agua, aproximadamente. No agitar ese resto ni la suciedad que contiene.
2. Limpiar el fondo, las paredes y la tapa del tanque con la ayuda de un cepillo o escoba de plástico. Sólo usar agua, nunca utilizar un cepillo de metal ni detergente, jabón o polvo limpiador.
3. Vaciar el tanque completamente y enjuagar. Eliminar los residuos por la válvula de desagüe, nunca por la cañería de distribución.
4. Llenar el tanque hasta la mitad con agua. Agregar, por cada 1.000 litros de agua, 1 litro de lavandina concentrada o ½, si el tanque es de 500 litros.
5. Una vez lleno el tanque, dejar actuar como mínimo durante tres horas. Eliminar el agua por la cañería de distribución, abriendo todas las canillas de la casa. Nuevamente, llenar y vaciar el tanque para eliminar el exceso de cloro.
6. Llenar el tanque y poner en servicio.
La autonomía del tanque, un dato para destacar:
El tanque debe tener una autonomía de provisión de agua de 24 a 48 horas. En el caso de una familia de cuatro personas, se recomienda tener un tanque de mil litros. Esto le permitirá contar con la reserva suficiente ante cualquier eventualidad.