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Aunque radicó la denuncia, no hubo detenido ni allanamiento. Debió someterse a una compleja cirugía porque el cuchillo lastimó el estómago. “No tengo nada malo para decir de esta persona salvo este hecho, pero tiene que pagar por el daño que hizo”.
A dos meses del ataque, el remisero de la agencia San Martín no sabe por qué su compañero de trabajo lo atacó con un cuchillo en la vereda de la agencia ubicada en Hipólito Yrigoyen al 100. Tiene una cicatriz de más de 30 centímetros en el abdomen producto de una intervención quirúrgica de urgencia porque el cuchillo dañó el estómago. Tardó un mes en reponerse y hace apenas unos días pudo volver a trabajar.
Tenía una excelente relación con su agresor, no había ningún conflicto ni problema entre ellos, pero ese día cuando se acercó a saludarlo recibió una piña y un puntazo que en el momento no advirtió. Solo después cuando entró en la agencia descubrió la sangre, pensando que era solo una lastimadura, hasta que llegó a Rosario y lo internaron de urgencia.
Hizo la denuncia, pero no hubo allanamiento ni detenido. Incluso ya se cruzó con su ex compañero por la calle, pero no mediaron palabra.
“No sé por qué, nadie sabe, ni yo me explico por qué. Si hubiésemos tenido un problema o mala relación vos te lo imaginás, pero, al contrario, teníamos muy buena relación. Nunca pensé que iba a vivir un momento así, y menos con él”, mencionó.
La semana pasada lo llamaron de Fiscalía para preguntarle si ratificaba la denuncia, y decidió avanzar con la causa, por lo que va a ser citado a corto plazo.
“Yo no tengo bronca, no me pasa nada de eso. He esperado un mensaje, aunque sea para saber qué pasó, pero no llegó. No voy a ir yo, pero sí estoy dispuesto a hablar con él. No tomé dimensión de los hechos en el momento, cuando pasaron los días, caí en que estuve re cerca. No tengo nada malo para decir de esta persona salvo este hecho, pero tiene que pagar por el daño que hizo”.
