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Si bien todos los rubros han sido afectados por la cuarentena obligatoria, y la gran mayoría registra cuantiosas pérdidas, el rubro eventos no tiene fecha estimativa de regreso y se cree que será uno de los últimos en poder volver a funcionar.
La situación afecta de forma directa e indirecta a muchísimos comercios y servicios, y si bien lo primero que se considera son los salones y servicios gastronómicos, también hay un futuro incierto y un panorama poco alentador para muchos servicios adicionales como decoradores, fotógrafos, DJ's, iluminadores y animadores.
Otros rubros involucrados como repostería peluquerías, cotillones, venta de ropa de fiesta, y hasta modistas también deberán reestructurar el trabajo cuando el aislamiento obligatorio culmine, ya que muchos afirman que no habrá fiestas en el 2020.
En este marco, ya hubo rumores en nuestra ciudad sobre posibles cierre definitivo de salones infantiles.
Otro desafío será el regreso: Consultando con trabajadores del sector, coinciden en que será caótico coordinar las fiestas pendientes con las nuevas, ya que si bien muchos desistieron de su evento y cancelaron fecha, otros están dispuestos a esperar lo que sea. ¿Pero cuánto?
Además la mayoría de ellos tenía agenda completa para todo el año, y sus dueños relizaron gastos y compras acordes a los ingresos que de alguna manera ya estaban asegurados. Ahora el ingreso se redujo a cero, deben pagar deudas, y hasta sostener a sus empleados sin saber cuándo podrán regresar ni de qué manera.
En la misma situación se encuentran los boliches, teatros, cines, y todas las actividades de entretenimiento que suponen reunión de muchas personas, hoy a la deriva.
