Seguinos en 
muy nuboso
22°C
22°C
22°C
Una joven de nuestra ciudad que hace tiempo viajó a Ecuador fue repatriada a la Argentina en un avión Hércules C130 de la Fuerza Aérea la semana pasada.
En diálogo con Extremo Diario contó que vivía desde hace algunos años en un pueblo costero de Ecuador que se sostiene principalmente por el turismo, y cuando la cuarentena comenzó, todo se detuvo de repente. Había un toque de queda desde las 14 horas hasta la 5 de la mañana y nadie podía ni siquiera acercarse a la playa. Aunque se trata de uno de los países más golpeados por la pandemia, particularmente no vio ninguna situación relacionada al coronavirus, pero sí empezaban a circular las noticias del colapso sanitario en las grandes ciudades.
El consulado argentino les ofreció primero una ayuda alimentaria y después la posibilidad de ser repatriados. Debieron llenar varios formularios, someterse a controles y pasar un filtro de las personas anotadas. Finalmente el 20 de abril emprendieron viaje desde Guayaquil pero con una particularidad: viajaban en un avión Hércules de la Fuerza Armada Argentina.
“Salimos de Guayaquil a las 12 del mediodía y llegamos a Buenos Aires cerca de las 10 de la noche. Un avión de guerra es bastante diferente a uno convencional. Es muy grande, puro hierro. No tiene las mismas comodidades que un avión de línea. Es más bien un avión de carga. Diferente por dentro y por fuera. No tiene turbina sino tiene turbo hélices, hace bastante más ruido y tarda más” describió sobre la impensada travesía para volver a casa.
En el avión viajaban unas 70 personas, entre ellas dos Cascos Blancos y la tripulación de la FAA. Los controles fueron intensivos durante todo el trayecto, de hecho una mujer argentina debió quedarse en Guayaquil porque tenía fiebre. Todo el tiempo desinfectaban a las personas y a sus equipajes, hasta aterrizar finalmente en la base militar de El Palomar, donde volvieron a controlarlos.
El Estado Argentino se encargó también de que pasen esa noche en un hotel y al día siguiente había micros disponibles para las distintas provincias.
“Nos sentimos cuidados y seguros” dijo agradecida con la respuesta recibida, comentando finalmente que le aguardaban 21 días de aislamiento en una localidad cordobesa. No regresó a Arroyo Seco.
