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Combatir a las palomas y sus efectos nocivos, es todo un desafío y parece que para la Iglesia La Asunción están siendo un verdadero dolor de cabeza. Es que el campanario está plagado de estas aves que provocan exceso de excremento, olores nauseabundos, plumas por doquier y hasta pueden observarse huevos en cada uno de los descansos de la torre que lleva a la parte de mayor altura de la estructura de Moreno y 9 de Julio.
Ellas van y vienen, se pasean por todos y cada uno de los recónditos espacios del campanario. Sus desechos incluso han salpicado el atrio donde descansan los restos del recordado Padre Miguel Florio. No obstante, y sobre todo allí, tratan de mantener lo más limpio posible.
¿Pero por dónde ingresan tantas palomas?, este fue uno de los interrogantes y el Padre Pedro Pergañeda respondió que se filtran a razón de que los cristales del antiguo reloj están rotos. Sin embargo, se apresuró a aclarar que ya están activando lo necesario para poder reponerlos y así evitar esta proliferación.
