Su hijo fue asesinado y él inició un proyecto social que podría reflotarse en Arroyo Seco

Corría diciembre del 2013, una pelea entre jóvenes que se inició dentro de un local bailable del centro rosarino, siguió afuera del boliche con una batalla campal en la Plaza Sarmiento. El resultante fue fatal, Eugenio de 19 años terminó con una serie de puñaladas que acabaron con su vida.

Jorge Guadagnoli, su padre, contó que el chico no tuvo posibilidad de defenderse y que su agresor, menor de edad e hijo de un ex comisario, le asestó primeramente una puñalada y luego volvió regresó para rematarlo mientras estaba en el piso. La escena quedó grabada en la cámara de seguridad de una panchería ubicada en la zona. Esa filmación fue prueba contundente para que este individuo que en ese entonces tenía 17 años quede detenido acusado de “homicidio calificado por alevosía”. Después de permanecer detenido y cumpliendo pena, el año pasado fue liberado.

A raíz de esta trágica circunstancia que le tocó atravesar, Jorge Guadagnoli decidió no llenarse de odio sino mantener viva la memoria de Eugenio de la mejor manera posible. Fue así que decidió transformar esa impotencia y dolor en sentimientos más puros; que pronto – pero con mucho esfuerzo de por medio – le dieron inicio al proyecto social que llamó “Misión Eugenio”.

Jorge, visitó los estudios de Radio Extremo 106.9 hace pocos días y habló sobre la infancia de su hijo. Contó que parte de la niñez la vivió en Arroyo Seco. Tienen una casa en el Bote Club desde hace años y cuando Eugenio era chico pasaba todo el verano en esta localidad. Además, entre esas cuestiones que no tienen demasiadas explicaciones ni análisis para hacer sino solo circunstancias que presenta el destino, su asesino cumplió sentencia en la seccional 27ma. Fue uno de los presos que fue noticia también en 2015 cuando lo hallaron alojado en el penal vip que tenía nuestra comisaría local; y compartió celda junto al nombrado barrabrava de NOB el famoso “Panadero” Ochoa.

Pero más allá de esto. Lo más importante que Jorge necesitaba contar era que el proyecto Misión Eugenio hoy está algo relegado dada la pandemia y que además no tienen espacio físico para seguir funcionando. Las clases se vinieron dictando en distintos espacios que amablemente brindaron diversas entidades, se firmaron convenios con el Ministerio de Trabajo de la provincia y hasta acuerdos con la UNR, pero todo ello está frenado. No sabe bien cómo explicarlo, pero en el fondo cree que quizás pueda reflotarse aquí en Arroyo Seco.

El objeto social de Misión Eugenio es capacitar a jóvenes en la construcción. Al ser arquitecto, esa fue la mejor opción que pudo filtrar utilizando incluso algunos de sus conocimientos en la materia. Además de formar y ampliar conocimientos a futuros albañiles, también venían dictando cursos de auxiliares para cuidado de niños y niños; y la finalidad básicamente es captar a quienes tengan la necesidad de aprender un oficio con salida laborar y formar grupos de contención. Incluir, fomentar el trabajo y la gratitud personal como mayores bases de esta tarea que busca se formadora de personas de bien.

A partir de su historia, muchos van conociendo a Eugenio y eso colma de satisfacción a Jorge Guadagnoli que en una de sus frases dijo: “Ahora conoce mucha más gente a Eugenio”. Decretándolo como un joven que tenía muchos sueños y que era una persona de bien.
Oír lo narrado por este hombre y el entusiasmo con el que cuenta lo que han logrado sus alumnos, conmovió a muchos. Algunos por sentirse quizás identificados con su pérdida, otros quedaron admirados por su fortaleza y no faltaron quienes, impulsados por sus ganas, tienen intenciones de acompañarlo para darle impulso nuevamente a Misión Eugenio. Tal fue el caso de Marcos Zanfagnini director de la Escuela Nocturna Flor de Ceibo y de la arquitecta de la comuna de General Lagos Vanesa Niro que junto a su esposo Oscar Vega se manifestaron públicamente a favor de dar una mano y ver qué se puede articular para reiniciar esta idea.

Con Zanfagnini, después de la charla del sábado por la mañana, ya mantuvieron un primer encuentro. Guadagnoli viajó a Arroyo Seco el pasado miércoles por la tarde donde pudo conocer las instalaciones de la Escuela de Alfabetización y el espacio disponible con el que cuenta el CECLA N° 128. “Seguramente el curso que vamos a encarar es el de colocación de cerámica. Piso y revestimiento. Pero bueno, este año todavía no sabemos cuándo se va a empezar con clases, también tenemos que hablar con el ministerio de educación porque nos tienen que avalar ellos. Está todo en marcha y ojalá todo prospere”.

Mientras que, en el caso de Vanesa, ella se mostró completamente dispuesta a sumarse a Guadagnoli en lo que desde su lugar puedan. “Yo me puse a disposición para cuando él lo considere y le conté en un breve mensaje más que nada la inserción del trabajo femenino dentro de la construcción que es lo que vengo trabajando desde hace tiempo en la comuna y que creo que es una posibilidad muy grande para todas las chicas a las que les interese. Entonces mi intención es trabajar con él desde lo que sabemos hacer y acompañándonos con la técnica y el oficio de los albañiles. Tengo a mi marido que también nos va a acompañar en el proyecto que él es albañil de alma y de oficio y un poco es trabajar en esa línea. Me comentó que estuvo trabajando con mujeres en terminaciones en albañilería y que con excelentes resultados”.

Esto recién arranca, pero todo hace ver que viene bien y encaminado. Si Arroyo Seco da lugar a esta misión, quizás se pueda capacitar a más jóvenes y así aspirar a la reinserción laboral de muchos de ellos.