Seguinos en 
cielo claro
33°C
33°C
33°C
A mediados del mes de diciembre del año pasado, mientras se disputaba un partido de fútbol amistoso en el predio que Amigos de la Estación tiene en el Bote Club, se produjo un hecho que resultó con Julio Cuello con un golpe en su rostro por parte de un jugador del equipo contrario. Al parecer, todo habría sido tras una disputa por una pelota.
Lo cierto es que Cuello terminó con su mandíbula quebrada en cuatro partes y así lo contó oportunamente su esposa Natalia Monteleone. En el lugar fue asistido por emergencias AMAS y seguidamente trasladado al Hospital Español. En su momento, atravesó una operación que demandó varias horas donde intentaron hacerle una reconstrucción facial, le colocaron placas y tornillos. Seguidamente lo enviaron a su casa y desde entonces está en pleno proceso de recuperación.
Todavía no puede masticar, le faltan piezas dentales y los médicos lo reciben para su seguimiento cada 15 o 20 días.
Natalia contó que en cada ocasión que hace visita médica “le dan ejercicios como para que la mordida le encaje un poco mejor, pero producto del golpe, el maxilar de abajo le quedó comprometido por el tema de los dientes y ya no cierra igual la boca. Dios quiera que eso se lo puedan corregir, pero es complicado”, declaró esta semana a La Posta Hoy.
La esposa de Julio sabe y él también por supuesto que “es todo un proceso largo” y todavía están a mitad de camino. Falta para que pueda obtener el alta médica.
Durante la charla que mantuvo con este medio agradeció a la municipalidad y al sindicato de trabajadores municipales por la preocupación y ayuda brindada. Lo mismo para con los amigos y compañeros de trabajo de Julio.
Dijo que, al comienzo, principalmente, los gastos fueron muchos y admitió “en ese sentido recibimos una mano grande”.
Por último, con la confianza puesta en su abogado el Dr. Fernando Pensato, esperan que la denuncia penal siga su curso. En tanto, Natalia en nombre de su familia solo brega para que la justicia actúe en favor de Julio; ya que considera que lo que pasó “no fue un accidente”.
