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Opinión / Lorena Ulieldin

Es urgente generar acuerdos para la vuelta a la presencialidad en las escuelas

La pandemia del COVID 19 vino a modificar nuestras vidas y la sociedad en la que vivimos, dejando pérdidas irreparables y secuelas con marcas imborrables.

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A casi 15 meses de confinamientos, restricciones y de experiencias que transitamos juntos que nos permite analizar lo vivido y planificar lo que viene, encontramos que -en algunos aspectos- aún vemos que muchas de las decisiones que afectan nuestras vidas y la de nuestras familias se toman sin la escucha y los acuerdos mínimos necesarios para su mayor efectividad y cumplimiento, generando mayor incertidumbre y malestar.

Lamentablemente esto es lo que sucede en materia educativa, y las idas y vueltas en relación al regreso a clases de manera presencial en la provincia de Santa Fe y en el departamento San Martín, es una situación que preocupa ya que tiene un impacto directo en el aprendizaje y en la salud mental de nuestros niños y niñas tal como lo indica UNICEF Argentina y la Asociación de Pediatría de la Filial Santa Fe.

Un informe del Observatorio “Los Molinos” (https://losmolinos.org.ar/) da cuenta de que casi 100.000 estudiantes santafesinos abandonaron la escuela en el último año, lo que significa más del doble del promedio anual. Recientemente el Ministro de Educación de la Nación, reconoció que casi un millón de alumnos dejó de estudiar durante el 2020 en todo el país.

El Consejo Federal de Educación -espacio en el que se reúnen todos los Ministros y Ministras del país- viene insistiendo en algunos aspectos que apuntan a la previsibilidad, de hecho, se solicitó expresamente que las decisiones se planteen con la suficiente antelación para que las escuelas puedan organizarse con tiempo.

Es reiterado nuestro planteo, en coincidencia con las organizaciones antes mencionadas, de que en momentos de crisis epidemiológicas como la que estamos viviendo, las escuelas sean lo último en cerrarse y lo primero en abrirse, teniendo en cuenta variables epidemiológicas, pero también ponderando la cantidad de población, medios de transporte, cercanía y dinámica de las localidades más pequeñas de cada una de las provincias.

Desde hace meses, padres y madres, niños y adolescentes, docentes y directivos del departamento San Martín, venimos reclamando al Gobierno de la Provincial y al Ministerio de Educación, apertura y diálogo para construir las decisiones, y claridad en la información que se transmite.

Si bien nadie tiene una única solución de cómo abordar este tema, podemos echar mano a la herramienta de una Mesa de Diálogo con real participación, como forma de encontrar las mejores respuestas a los momentos que nos toca atravesar en pandemia.

Pasan los meses, y sólo vemos improvisación por parte del Ministerio de Educación sobre la vuelta a la presencialidad en las localidades más pequeñas, decisiones que se toman lejos de los territorios sin ninguna consulta y diálogo que permita escuchar todas las voces, conocer mejor la realidad y explorar diversas alternativas.

Vemos también la falta de criterio por parte del Gobierno provincial. Cada una de las localidades tiene sus particularidades, como también lo tienen cada uno de los niveles y modalidades. En nuestro Departamento, el porcentaje de burbujas aisladas fue muy bajo, y no se corroboró que dentro de las aulas se hayan dado contagios reales. Tampoco entendemos por qué continúan cerradas las escuelas rurales, cuando en la etapa anterior fueron las primeras que abrieron.

Por eso, es imperioso tener, acordar y conocer un Plan de Educación que dé claridad y certeza considerando las situaciones epidemiológicas, y permitiendo a las instituciones educativas, a docentes y familias, contar con una organización acorde.

Desde hace más de un año que tenemos en la provincia de Santa Fe, los Comités de Crisis Departamentales como ámbitos de diálogo y encuentro para consensuar las mejores medidas en cada territorio. Lamentablemente, funcionan poco y mal. No existen reuniones periódicas ni ampliadas para analizar los problemas de los territorios del interior, que por escala y dimensiones son muy distintos a las grandes ciudades como Rosario y Santa Fe.

¿De qué sirve el espacio que creó el Gobernador Perotti si luego no funciona o en el peor de los casos, lo que decide no tiene ningún peso en las decisiones que toma el Gobierno de la Provincia? Todos fuimos testigos de lo que sucedió con la apertura de los clubes deportivos dispuestas por el Comité de Crisis del Departamento San Martín, que luego el gobierno provincial mandó a cerrar bajo amenaza.

Esta semana, nos enteramos por los medios de comunicación, que en algunas localidades de la Provincia hay clases y en otras no, sin explicar siquiera las razones que así lo indiquen, atento a la baja de casos que se está registrando.

Necesitamos que todos seamos escuchados y no amedrentados como les sucedió a los padres y madres que se manifestaron pacíficamente en el departamento San Martín, pidiendo la vuelta a clases.

Es urgente que los ámbitos de diálogo y escucha funcionen. Necesitamos que espacios como los Comité de Crisis funcionen de manera periódica, con una composición ampliada, con presencia de funcionarios provinciales, y con las organizaciones de la sociedad civil, para que, de manera coordinada y acordada, todas las decisiones que se tomen en el marco de la pandemia sean previsibles y generen el mayor grado de efectividad y cumplimiento posible.

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