Corrían los primeros meses del año 2011 y ya con la ordenanza promulgada y aprobada por el entonces Honorable Concejo Municipal; la gestión de Darío Gres rubricaba un convenio entre el municipio y la firma Cablevisión a fin de poner a prueba las primeras cámaras de videovigilancia en Arroyo Seco.
Cuatro fueron las instaladas, en distintos puntos estratégicos de la ciudad en el marco del Plan Integral de Seguridad. Asimismo, se comenzaba a capacitar a quienes serían los encargados de llevar adelante el monitoreo. Por ese entonces, estaba de secretaria de gobierno Celina Martini.
Luego se fueron anexando mayor cantidad de equipos y se firmaron otra serie de convenios. Incluso con el hermano del hoy diputado provincial Maximiliano Pullaro, muy cercano a Gres en esos tiempos. También la municipalidad comenzó a hacer sus propias inversiones en equipamiento y así también llegó el primer y segundo mandato del actual intendente Nizar Esper donde no hubo demasiados cambios ya que muchos de los hechos delictivos que se fueron sucediendo cercano a las cámaras no se lograron esclarecer.
Esper, como concejal en su momento y autor de la ordenanza de las cámaras de seguridad criticaba con bastante énfasis en 2011, el manejo de la central de monitoreo y en este sentido aludía que “dejaba mucho que desear el tema del monitoreo de las cámaras de seguridad”, al mencionar un robo que se sucedió en un local comercial que estaba ubicado en San Martín y Cardozo, frente a uno de los domos.
Solo las cámaras lograron hacer algún aporte cuando se dio por inaugurado el nuevo servicio donde en el negocio de Rivadavia e Islas Malvinas consiguieron capturar a delincuentes que habían entrado a ese comercio. Pareció en ese momento mucha casualidad, pero así fue.
Otro de los aportes que consiguió monitoreo fue el del asalto en la estación de servicios YPF de San Martín y Juan B. Justo cuando delincuentes armados también ingresaron a robar y otra la única imagen que se hizo pública fue una captura de pantalla tras el robo que sufrió de su camioneta un bombero voluntario. Imagen que, por cierto, fue tomada por el director de seguridad ciudadana Rodolfo Barducci y que se compartió vía WhatsApp hasta viralizarse. Fue una captura de la chata robada circulando por el acceso norte en Ruta 21 a la altura de calle Pavón. Luego este vehículo se recuperó. Este último suceso fue durante esta gestión de gobierno.
Párrafo aparte merecen los casos donde no hubo aportes de las cámaras e innumerables fueron los episodios. Disturbios y robos en pleno centro que no pudieron disiparse ni prevenirse; locales violentados, ingresos a propiedades donde no hubo registro ni de entrada ni de salida de los ladrones porque los domos estaban “mirando” para otro lado, daños en espacios públicos y muchos otros más que no quedaron grabados o no fueron observados en tiempo real por quienes están a cargo del servicio que tiene su central en el corralón municipal.
El gobierno tendrá que replantearse si sirve o no continuar invirtiendo en este servicio que ya lleva 10 años vigente y que poco y nada pudo ayudar en materia de prevención, tanto del delito como tampoco pudo lograr pasar a ser un aporte sustancial ante otras tantas situaciones.