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Cuento de Pueblo Chico

#Cuento: El gran truco

Un flamante mago intentará hacer desaparecer una retroexcavadora municipal.

Un flamante mago intentará hacer desaparecer una retroexcavadora municipal.

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Un joven de la ciudad, estudiante de magia en la escuela de Black, tenía que presentar su máximo trabajo y aprobar la tesis con la que obtendría el título como tal. Yoni era su nombre. Y jugando con un par de amigos una partida de pool en la sede del ASAC, debatió entre ellos en qué podía consistir aquel truco.
“¿Por qué no haces desaparecer un móvil policial?” – le propuso uno de sus amigos.
“Con el estado en que se encuentran todos los móviles policiales de la ciudad… no vale la pena” – le respondió Yoni; “en cuestión de meses, ¡van a desaparecer solos!”

Y cuando le tocó el turno a su compañero, se acercó a las ventanas de la sede y miró el frente del palacio municipal pensando que podía, tal ves, realizar un truco haciendo desaparecer aquel edificio. Se los comentó a sus amigos, los que le expresaron:
“Y si lo haces con la mayoría de los funcionarios adentro… la gente te lo va a agradecer” – dijo uno, que además le consultó: “¿Por qué no haces desaparecer un barrio completo? Por ejemplo el barrio del bote club.”
Yoni miró a sus compañeros y argumentó: “No se si va a desaparecer… pero con los pastos altos como están, cada vez menos se ve ese barrio; ¡el truco no tiene sentido!”
El flamante mago salió de la sede y caminó en dirección a la parroquia diagramando lo que podía ser su gran truco de graduación. Cuando pasaba frente a la panadería de la zona, se cruza con doña Rosalinda, amiga de su madre, que salía de comprar medialunas y facturas: “Yoni, ¡me dijo tu mamá que te vas a graduar de mago! ¡Felicitaciones!” – le expresó.

Yoni agradeció la salutación. Y la mujer continuó: “Hoy estuve en la parroquia preguntando por el padre que estaba antes y me dijeron que desapareció del mapa y nadie sabe nada de él… ¿vos no lo habrás hecho desaparecer eh?” La pregunta quedó allí opacada por las risas de ambos.
Caminó luego hacia el centro de la plaza 9 de Julio donde se sentó en un banco mientras observaba a un par de jóvenes que bailaban hip hop y por otro lado, otros hacían piruetas con sus bicicletas. Un abuelo llevaba de su brazo a su esposa, una pomposa rubia de unos cuarenta años menos que su amado. Unos perros caminaban detrás de una perra peleándose entre sí por ser el primero en convertirla en madre. Unos niños corrían jugando a la escondida entre las palmeras del espacio verde. Y finalmente una paloma manchó con su excremento su hombro.
Salió también de la sede, su mejor amigo y llego a él para sentarse a su lado:
“¿Y ya se te ocurrió el truco?” – le preguntó.
Yoni le comentó que la idea era hacer desaparecer una maquinaria pesada en el centro de la plaza; algo que podía ser una retroexcavadora o un tractor. “Puedo pedirlo prestado al municipio”- le informó.

Hizo una carta a la municipalidad solicitando el préstamo de una maquina y la llevó a la mesa de entrada, luego de abonar un sellado, se acercó a un empleado de maestranza preguntando que vehículo público estaba en condiciones para hacer el truco. El empleado le informó que difícilmente encontraría un vehículo en condiciones y que si había alguno, en los próximos días, algún que otro empleado se encargaría de romperlo y dejarlo fuera de funcionamiento.
De todas maneras, Yoni no se quedó con esa respuesta y esperó la respuesta del personal de Obras Públicas. Fue una mañana cuando una empleada del sector, por primer vez en su vida, cerró el facebook, dejó el pintauñas de lado y tomó al teléfono para llamarlo e informarle que el municipio le cedía sin problemas alguna de sus maquinas “eso sí: tiene que ser un fin de semana porque de lunes a viernes están se trabaja con ellos” – le aclaró la mujer.
El proyecto del gran truco comenzó a tomar forma. Se llevaría a cabo un día sábado por la tarde y frente a muchos voluntarios que se sentarían en el centro de la plaza… en el lugar donde Yoni, mediante la magia, haría tacar una enorme máquina, la elevaría en el aire y finalmente, la haría desaparecer. Y todo el evento sería filmado para presentarlo en su examen final.

Llegó aquel día y todos los interesados se dieron cita en la plaza. Yoni llegó al lugar y espero que el personal municipal le trajera la retroexcavadora desde el sector de maestranza. Pasaron treinta minutos y nada aconteció. Luego sonó el celular de Yoni donde un empleado le informó que la maquina no se encontraba en el lugar y nadie sabía de su paradero.
Fue así, como el gran truco tuvo que suspenderse hasta el momento que el joven mago alquiló a una empresa particular una maquinaria pesada; dado que la retroexcavadora municipal era usada en los días hábiles por estatales y los fines de semana y feriados, por otros magos que se encargaban de hacerla desaparecer.

Fuente: Publicado en La Posta Hoy

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