Los locales ganaron 1 a 0 con gol de Franco Neill, a los 12 del primer tiempo. Los canallas lo buscaron pero fueron tibios. Casteglione se fue expulsado en el complemento.
Central dejó tres puntos en La Plata y también una imagen un tanto desflecada. Perdió 1 a 0 con Gimnasia, con un golazo de Franco Neill, postergó sus ganas de gritar campeón y terminó el partido con uno menos por expulsión de Casteglione.
En el comienzo del cotejo se vio a un Central desbordado por la presión platense en la zona media. No la agarraba ni Domínguez ni Méndez y el toque canalla sufría mal de ausencias.
En esos minutos Gimnasia jugó casi todo el tiempo en campo rival y el premio llegó a los 12, con el golazo de Neill. La defensa auriazul jugó al límite ante la arremetida de Pereyra, quien abrió para Neill, que quedó solo ante Caranta y la pinchó por sobre la cabeza del arquero.
En desventaja, el equipo de Russo no salió a lo loco, porque estaba un poco peleado con la sutileza y porque el rival seguía con su planteo de morder en cada sector del campo.
Pero, claro, ese ritmo fue imposible de sostener y entonces Central se amigó con la redonda. Por derecha, Ferrari se acopló a Encina y rompieron el cerco un par de veces. Por izquierda, Lagos y Medina provocaron huecos y también hubo llegadas.
Méndez tuvo un tiro libre que se fue muy cerca, en lo más claro de la etapa, aunque sobre el final de ese tiempo arrinconó a su rival contra su área.
En el segundo tiempo, la cosa no varió demasiado. Gimnasia salió otra vez con el libreto de apretar bien arriba y no dejarle espacio a Central para armar su juego. Lo consiguió de a ratos y el partido se hizo trabado, anodino, muy friccionado.
Russo movió el banco y mandó a Becker y Carrizo a la cancha para darle mayor frescura al ataque. También lo consiguió de a ratos aunque la tónica del encuentro fue la lucha.
Carrizo tuvo en sus pies el empate pero definió mal y ganó Monetti, y comno el cotejo era el típico en el que no podés derrochar tus chances, Central le dijo adiós a sus chances de empatar.
Mucho más luego de la infantil expulsión de Casteglione, que provó a su equipo de una arremetida final que a veces suele torcer los destinos de un partido.
Fue derrota nomás, un final impensado en el horizonte canalla, pero derrota al fin.