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El plantel rojinegro regresó al país, aunque debió aterrizar en Aeroparque y no en la ciudad, y ahora se prepara para el descanso. El viernes es la despedida del Tata y a la tarde le realizarán los estudios a Heinze.
El plantel rojinegro debió desviar su destino para el arribo.
El fútbol argentino nos ha acostumbrado que los ciclos no sean cumplidos como tal, sino que por lo general sean interrumpidos. Es poco habitual que un técnico pueda irse cuando él lo decida y no cuando los resultados los obligan y entre las tantas cosas que ha logrado Martino esta es una de ellas.
Sin embargo, cuando un proceso exitoso culmina, la incertidumbre del futuro cercano es aún mayor. Desde todas las partes se replantean objetivos nuevos, cambia el plantel y las visiones de lo realizado. Pese a apostar a la continuidad, la dirigencia de Newell´s tendrá la difícil tarea de cuidar lo que uno de sus máximos ídolos realizó de la nada.
Ya de vuelta en Argentina, luego de lo que fue la cena cabizbaja de anoche y el retorno al país, los futbolistas demoraron su llegada a la ciudad, ya que pese a tener el arribo programado para las 8, el Aeropuerto Islas Malvinas de Fisherton no estaba operable, por lo que tuvieron que ir hasta Aeroparque y hacer ese tramo en micro.
Ahora, el plantel rojinegro está casi de vacaciones, aunque la idea es realizar un último entrenamiento informal para que el cuerpo técnico pueda despedirse como corresponde. Luego de ello si se tomarán al menos una semana de descanso, y aquellos que estén a disposición regresarán para realizar la pretemporada bajo las órdenes de Alfredo Berti.
El otro dato saliente de la jornada será lo que ocurra con Gabriel Heinze, quien por la tarde se realizará estudios en su rodilla derecha. El propio jugador no se mostró demasiado optimista y se teme por una lesión que lo deje un par de meses afuera, aunque no hay que adelantarse a la resonancia.
