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Godín, a los 35 minutos del segundo tiempo, puso a la Celeste arriba en el marcador. La Azzurra, volvió a irse del Mundial en primera ronda como en Sudáfrica.
Uruguay, con el corazón, con eso que los caracteriza, que los hizo resucitar cuando lo daban por muerto. Uruguay le ganó a Italia, que por tercera vez consecutiva se va de un Mundial en la primera ronda y ahora, ahora es otra historia. Su futuro inmediato se llama Colombia.
Demasiadas precauciones al comienzo, demasiados cuidados. Italia esperando, sabiendo que el empate les favorecía. Uruguay frente a la impotencia de no saber cómo quebrar el férreo esquema impuesto por Prandelli, mucho más cercano a aquel "catenaccio" que al pretendido juego ofensivo que quisieron mostrar los azzurros en este torneo.
Casi sin llegadas a los arcos se fueron consumiendo los primeros 45 minutos. Apenas si algún sofocón de Buffon y un tiro libre de Pirlo que Muslera desvió sobre el travesaño. Demasiado poco para dos equipos que insinuaron mucho más de lo que concretaron.
Uruguay necesitaba arriesgar. Resignar en defensa para buscar en el ataque el triunfo que lo clasificase. Italia sólo parecía preocupado por aguantar. Y más aún cuando se quedó con uno menos por la expulsión de Marchissio. A partir de allí todo fue replegarse y soportar el empate. Y soportó hasta que apareció Godin, o mejor dicho su espalda en el corner que tiró Pereyra. Entonces los papeles se dieron vuelta. Ahora fue Italia el que su fue a la heroica, pero Pirlo ya no tenía resto. Cassano quedaba atrapado entre casacas blancas. Y Uruguay era todo tesón, todo esfuerzo para arribar a ese final ansiado, larga y justamente festejado.
