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Central perdió por 3 a 0 con Racing pero los pibes canallas encienden la esperanza

Cervi y Montoya se llevaron todos los aplausos en el arranque, pero el líder reaccionó y gana con goles de Gastón Díaz, a los 42', y Milito a los 19' y 34' del complemento.

Central empezó bien y los pibes ilusionaron, pero terminó recibiendo otro cachetazo. Foto: Néstor Juncos. La Capital

Central empezó bien y los pibes ilusionaron, pero terminó recibiendo otro cachetazo. Foto: Néstor Juncos. La Capital

Rosario Central perdió por 3 a 0 con Racing, en un Gigante de Arroyito que -pese a la goleada sufrida- se fue con la esperanza de un futuro brillante. Es que los pibes canallas tuvieron un arranque explosivo que no pudo traducirse en goles por los reflejos de Saja, una de las figuras de este partido de la 18ª fecha junto a Diego Milito, autor de dos goles.

De arranque, Franco Cervi demostró una gran velocidad y sorprendió a la defensa visitante. En la primera que tuvo, el chico intentó la personal y definió al segundo palo, pero la pelota se le fue arriba.

Por la derecha también se animó Walter Montoya. En solamente cinco minutos el equipo mostró una actitud renovada y, aunque Racing se acercó a Caranta, la historia empezó a insinuarse muy distinta al final de ciclo de Russo.

Pero definitivamente el canalla dejó en claro que los merecimientos estaban de su lado con un tiro libre de Nery Domínguez que nadie pudo siquiera rozarla en el área y, precisamente por eso, el arquero de Racing pudo manotearla al tiro de esquina. El equipo de Avellaneda, que llegó pensando en lograr el título hoy mismo, mostró poco en el arranque, no hizo pie en el mediocampo, se dejó anticipar por la velocidad de Cervi y Montoya, e incluso la defensa estuvo a punto de cometer algún penal.

La más clara llegó a los 15', cuando Cervi se ganó todos los aplausos canallas con un fortísimo remate desde lejos que hizo lucir a Saja. Y cinco minutos después Correa la abrió bien para Montoya, que se la devolvió pero lo trabaron con lo justo, cuando Javier Correa había sacado un disparo desde adentro del área con destino de gol.

Recién en media hora Racing empezó a despabilarse, con Gustavo Bou siempre atento y generando un par de situaciones que lo tuvieron muy concentrado a Caranta, pero ya con el equipo de Avellaneda parado más adelante y con el dominio del balón.

Finalmente, en un buen ataque, Racing tuvo algo de fortuna para llegar al gol. Montoya intentó un taco que Voboril se llevó para entregársela a Milito. El delantero la cambió para Videla que buscó abajo pero la pelota dio en el palo y le quedó a Gastón Díaz que, apenas adelantado, no tuvo más que empujarla para poner a los 42' a Racing en ventaja.

Así se fueron al descanso, con la sensación de que Central mereció un poco más de suerte y que era demasiado severo el castigo por no haber podido sorprender a un impecable Saja.

El segundo tiempo era el reinicio de la ilusión canalla, pero la pelota le quedó lejos a Cervi, Montoya se enredó en la defensa (y cuando lo tuvo elevó el remate) y Racing se adueñó del mediocampo.

Los de Avellaneda tuvieron una chance inmejorable para empezar a definirlo, cuando el colombiano Gómez Andrade le regaló un remate a Centurión, que entraba en el área para rematar a Caranta pero falló el disparo. Aunque también Central pudo empatarlo, cuando Barrientos cambió de banda con un centro para que Gómez Andrade cabeceara por arriba del travesaño.

Pero Racing, a conciencia de que el título está a un paso, convirtió el segundo. Bou hizo una media vuelta y metió un pase perfecto entre tres defensores para que Milito enfrente a Caranta, mano a mano. El delantero no perdonó: en velocidad, se abrió para la derecha y definió para sellar el 2-0 en 19' del segundo tiempo.

Y, a los 34', sentenció el partido con el tercero. Robó Hauche y se la entregó a Milito, que apenas pisó la medialuna abrió el pie para ponerla lejos de Caranta y junto al segundo palo.

Central perdió con Racing pero el futuro ya tiene otro color. Montoya no se cansó de insistir, y Cervi se compró a la hinchada, a base de rapidez, buen manejo de pelota, entrega, recuperación y un zurdazo de media distancia preciso y fuerte. Los pibes encendieron una luz de ilusión al final del camino.

Fuente: La Capital

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