Nacida el 29 de diciembre de 1958, a sus 60 años, Delia Mirta Fernández sigue sintiendo al fútbol como cuando era pequeña y transitaba por Buenos Aires, hace ya varios largos años. La mujer que defiende hoy los colores del Arroyo Seco Athletic Club, es una referente del arco y, según cuentan en el rubro, es una arquera de lujo bajo los tres palos. “Voy a seguir atajando hasta que me deje el cuerpo, hasta que tenga fuerzas en mis piernas y en mis brazos, porque es un estilo de vida mío y además no me duele nada”, confesó.
Mirta vivió en Buenos Aires y desde los 9 años comenzó a tomarle amor a la pelota y, sobre todo, a ser arquera. En la capital del país, atajó para un equipo denominado “Las Leonas”, donde logró ganar trofeos y campeonatos siendo siempre un estandarte importante en su puesto. Luego, el destino la trajo hacia Arroyo Seco y permaneció sin jugar durante más de 20 años; aunque el sentimiento por el fútbol volvió a brotar un día: “Volví a jugar porque la suegra de mi hija jugaba al fútbol y me invitó, pero de lateral izquierdo, de ‘tres’. Yo le dije que no sabía jugar de ‘tres’, pero me defendí y las jóvenes no me podían pasar. Igualmente después volví al arco, porque a mí me encanta atajar”, explicó.
La experimentada arquera, un ejemplo entre sus pares, defendió el arco de Libertad de Gral. Lagos, Juventud Unida de Pueblo Esther y ahora de Athletic; alzándose con varios premios individuales y campeonatos por equipo siendo clave, por ejemplo, en las definiciones por penales: “Cuando llega la hora de ir a entrenar llego siempre una hora antes; me revuelco, me levanto, atajo, me gustan los partidos difíciles porque me atacan y me encanta enfrentar a las delanteras”, reconoció Mirta, quien además destacó que en cada cancha que le ha tocado jugar siempre fue muy bien recibida y aceptada por todos: “Me piden fotos mis compañeras y también las rivales, y muchas arqueras que son chiquitas o jóvenes me dicen ‘Yo quiero ser como usted y llegar a lo que es usted’”, subrayó emocionada.
Actualmente, tiene el placer de compartir equipo con sus hijas, Georgina y Mariela Silva, con quien además convive en su casa junto a sus dos nietas. Mirta, remarcó que el apoyo de su familia y de sus colegas es fundamental para seguir entrenando día a día: “El domingo, cuando fue el día del arquero, me mandaron saludos de todos lados, apoyándome, hasta los árbitros y personas allegadas a River Plate y Boca Juniors”, esbozó; enmarcando el ejemplo y el reconocimiento a una mujer que luchó y lucha por simplemente hacer lo que más la apasiona.