El movimiento vehicular aumentó considerablemente ante algunas flexibilizaciones y eso generó demoras en los controles que se están llevando a cabo en la ruta 9.
En el ingreso a la ciudad desde la provincia de Buenos Aires, más precisamente en el peaje de General Lagos, se está realizando un intenso testeo para reforzar de esta manera el control y evitar focos de contagio de coronavirus. El movimiento vehicular es intenso y por este motivo se formó una larga cola. La demora para superar la observación es de alrededor de una hora.
Desde la semana pasada ya se estaban realizando controles de fiebre en la ruta hacia Rosario, pero no había demasiado movimiento de autos y camiones. Hoy la historia cambió radicalmente por la liberación de algunas otras actividades y por eso bien temprano se formó una larga fila debido a que se llevan a cabo la medición de temperatura a todas las personas que estén a bordo de los vehículos.
Algunos choferes y acompañantes se mostraron fastidiosos, aunque la enorme mayoría entendió que es una buena medida tomada con el fin de controlar el avance del Covid-19. Más aún después de que la ciudad tuviera varios días sin casos hasta que en las últimas jornadas aparecieron algunos positivos.
El corredor Rosario-Buenos Aires apareció mucho más liberado y rápido ya que el testeo está focalizado en el ingreso hacia Rosario.
El movimiento vehicular se produjo ante la flexibilización que decretaron los gobiernos nacional y provincial respecto a algunos rubros que retomaron sus actividades casi normales. Por eso el andar por la ruta es fluido y que seguramente disminuirá por la noche.
Se realiza el control de vehículos y de personas dispuesto por la Dirección Provincial de Seguridad Vial que ordenó reforzar los controles de ingresos desde la provincia de Buenos Aires. La idea era dividir el tránsito liviano y el pesado para hacer más fácil la circulación, aunque por momentos se mezclaron los rodados por la larga fila que se formó.