Dijo que “Fanny”, la periodista, es tan “culpable” como el “pastor”.
Entera, aún con el cuerpo marcado por las cicatrices y sus problemas de salud. Sin resentimientos hacia la periodista Estefanía Heit y su pareja, el falso “pastor” Jesús Olivera, pese a los tormentos que dijo haber vivido. Así se mostró anoche, por primera vez públicamente, Sonia Molina, la mujer que denunció haber estado tres meses en cautiverio en la casa del matrimonio, en Coronel Suárez.
" Olivera me dijo: ‘te voy a terminar despostando ’”, contó Molina (33) durante un reportaje de casi una hora que emitió “ Telenoche ”, por Canal 13 , desde Bahía Blanca. Y sostuvo que Heit “era igual de culpable que Olivera”, porque “ planificaban ambos lo que iban a hacer, hacían un juego psicológico, me querían desestabilizar ”.
Molina aseguró que cuando se quedó sin trabajo, fue a la casa de la pareja a buscar sus pertenencias y sus documentos, ya que había estado viviendo unos días allí, pero que no pudo salir más. “Además, había que arreglar la estafa por la venta de mi casa (en Río Colorado, de donde ella había llegado). Por ese motivo yo vuelvo, para buscar el dinero”, expresó.
También, comentó que durante el primer mes de cautiverio le daban “lo que ellos comían o las sobras”. Pero que esto cambió para peor. “Después, empezaron a darme polenta, comida para perros, fideos crudos”, enumeró. Sin embargo, remarcó: “ La comida para perros fue un manjar en comparación con otras cosas que tuve que comer , como excremento para perros o papel con excremento”.
Sonia reveló que intentó escapar tres veces antes de que la retuvieran. Y que en una de ellas corrió “quince cuadras” hasta que la atraparon y Olivera le dio “una paliza bastante importante”.
“Lo único que querían era que yo dejara de existir”, apuntó y aseguró que no puede explicarse “por qué tanto ensañamiento”. Molina ratificó que sufrió abusos sexuales, algunos de los cuales fueron filmados y que el “pastor”, luego, le “mostraba” las imágenes. “‘ Si dejo salir a esta negra de mierda, me va a terminar denunciando’ ”, contó que le decía Olivera a “Fanny”.
No obstante esta situación, Sonia manifestó que no tiene resentimientos hacia la pareja porque cree que “ la justicia terrenal y la divina les va a llegar por ese maltrato y la perversidad que hubo”. Al respecto, abundó: “ Yo no siento odio, ni rencor, ni bronca hacia Jesús y Estefanía . Sí entiendo que está totalmente mal lo que hicieron, porque ni en el reino animal cabe tanta maldad”.
Molina logró escapar el 12 de noviembre de la casa de Grand Bourg al 1800. “ Fue la última oportunidad que tuve ”, admitió. “Por lo que yo sentía, dos días más, tres, y realmente hubiese llegado a la muerte porque ya no daba más”, agregó. Cuando llegó al hospital, pesaba 45 kilos y estaba en estado “calamitoso”, según los médicos.
Olivera y Heit permanecen detenidos. Según Sonia, puede haber otras víctimas porque “escuchaba conversaciones que tenía Olivera con otras personas, por Skype”, un programa de comunicación vía Internet.
La mujer calculó que le llevará un año recuperarse físicamente. Pero ya piensa en su futuro. “Lejos de haberme apagado, lo que me sucedió me da fuerzas”, resumió.
La víctima estaba internada en el hospital Eva Perón de Granadero Baigorria desde el pasado 20 de octubre cuando intentó frenar una pelea a la salida del salón de eventos donde festejó los 15 su sobrina. Después de múltiples golpes, un joven de 19 años le propinó una patada en la cabeza mientras estaba en el piso. Este domingo se confirmó su deceso
Claudina se presentó en el Instituto Médico Legal para reconocer el cuerpo de su hija. "No puede seguir pasando esto, ni en San Lorenzo ni ninguna otra parte del país. Basta”, dijo.
El jefe de la Policía de Investigaciones, Natalio Marciani, confirmó que uno de los detenidos en la noche del jueves fue quien aportó información que les permitió encontrar el cadáver de la joven. “Todos nos hace presumir que la muerte fue cercana al día de la desaparición”, señaló
Lo halló la Policía de Investigaciones tras allanamientos que realizó en la noche de este jueves en Puerto General San Martín, donde había sido secuestrado un 308 gris que se presume que tendría relación con la desaparición de la joven de 20 años que había sido vista por última vez el 30 de octubre.