Fue lo que le dijo uno de los delincuentes que ingresó a la casa de Olga de Dianda este pasado fin de semana. La mujer y su esposo sufrieron un atraco en su domicilio de General López al 700
Arroyo Seco.- Olga de Dianda y su esposo regresaron a la casa el domingo cerca de las 03:30 de la mañana, ella bajó del auto para abrir el portón, mientras su marido entraba el vehículo al fondo de la propiedad donde está ubicado su taller.
Todo parecía desarrollarse con total normalidad, tal es así que Olga vio entrar a un muchacho que pensó que era el empleado de su esposo. Sin embargo, se trataba de uno de los tres delincuentes, que vieron esa noche y que segundos después le diría “bueno señora vamos adentro que esto es un asalto”.
Detrás de este primer hombre, llegaba un segundo. Ambos estaban armados. Éste último se dirigió hasta donde estaba el marido de Olga y lo llevó junto a su esposa al interior de la vivienda. Los ladrones exigían “plata”.
Tras la respuesta del matrimonio que aseguró no contar con efectivo, el dueño de la casa recibió “tres patadas en el pecho y el medio de la panza”, narró la mujer que comentó además que su suegro estaba en otro sector de la propiedad. Quien momentos antes había sacado la escopeta porque había escuchado ruidos en el techo. Arma que dejó en la cocina de su casa. Dado que la familia tiene las casas separadas pero dentro de un mismo espacio físico.
Mientras su esposo estaba tirado en el piso y ella sentada en la cocina. Uno de los hombres ingresó y detectó la presencia del abuelo de 83 años, a quien lo amenazó con el revolver que portaba. Pero que rápidamente al darse cuenta de que efectivamente se trataba de un asalto y no de una simple broma, como creyó los primeros segundos, logró encerrarse en una de las habitaciones y comenzó a los gritos.
Al parecer la reacción del anciano provocó que los ladrones huyeran, no sin antes alzarse con unos $1000 pesos, alhajas, una campera, una gorra de marca y un par de anteojos nuevos.
Dado que los delincuentes estaban interesados en conseguir un botín mayor, intentaron llevarse el auto de la familia. Sin embargo, al tratar fugarse, el marido de Olga logró levantarse del suelo, corrió en busca del arma que todavía estaba sobre la mesa de la cocina y disparó la escopeta que el abuelo había dejado allí momentos antes.
Uno de los proyectiles impactó en el techo de la galería, perforando la chapa. Mientras que los ladrones, sin lograr su cometido salieron corriendo. El hombre disparó dos veces más.
Afortunadamente ninguno de los tres sufrió más que un susto. Pero no deja de ser otro hecho de inseguridad que atenta contra la tranquilidad de los vecinos de Arroyo Seco.
Según el testimonio de vecinos de la cuadra, durante esa misma noche se escucharon ruidos sobre los techos de varias casas linderas a la de Olga. A pesar de ello, nadie se contactó con la policía.
De la misma manera, por el dato que aportó una vecina. Tras la huida de los delincuentes se habría escuchado que un automóvil salió a alta velocidad. Por lo que se supone que eran más de tres ladrones los que actuaron esa noche.
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