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Sucedió en la localidad bonaerense de José C. Paz, cuando los marginales -entre ellos una mujer- tomaron como rehén a la víctima, de 81 años. Se sospecha que la señora padeció una descompensación, que le provocó el deceso. Los delincuentes se dieron a la fuga.
Anciana murió infartada en robo a funeraria
Buenos Aires.- En un tremendo suceso, una anciana de 81 años murió infartada al ser tomada como rehén por tres peligrosos delincuentes, entre ellos una mujer, quienes le desvalijaron la vivienda, a la que ingresaron por una puerta interna de una famosa empresa funeraria. Previamente en dicho comercio, los marginales había reducido a un nieto de la octogenaria. El tremendo suceso se registró en la localidad bonaerense de José C. Paz y los hampones, que lograron darse a la fuga, son intensamente buscados por los pesquisas policiales.
La infortunada víctima fue identificada como María Esther Quetglas, de 81 años.
Trascendió que los hechos comenzaron cuando Horacio Martín Oviedo, de 21 años, se hallaba en uno de los locales de la cochería Oviedo, situado en avenida Presidente Juan Domingo Perón al 3.900, oportunidad en la que un individuo de aproximadamente 35 años y una mujer de alrededor de 40 arribaron al establecimiento y le dijeron al joven que tenían que contratar un servicio.
De inmediato el tercer asaltante -un sujeto de unos 30 años- ingresó al comercio y se sumó a sus cómplices. Los malvivientes fingieron ser clientes y, mientras el muchacho los conducía a la parte trasera del establecimiento con la intención de mostrarles los diversos ataúdes, lo redujeron por la fuerza, mediante la utilización de armas de fuego. Acto seguido, los ladrones ataron al trabajador con precintos plásticos.
Con esa situación ya controlada, los delincuentes comenzaron a revisar el negocio y entonces descubrieron una puerta lateral, que conducía a una finca aledaña, la cual era habitada por la anciana, que era abuela del muchacho. Los asaltantes redujeron a la mujer y también revisaron dicha vivienda. Finalmente, los malvivientes huyeron.
Momentos después Oviedo alcanzó a liberarse de los precintos y corrió a socorrer a su abuela, pero con espanto vio que la octogenaria yacía muerta, boca arriba, sobre la cama.
En un comienzo, se creyó que la señora había perecido a raíz de una agresión perpetrada por los maleantes, aunque posteriormente se estableció que el deceso de la víctima había sido como consecuencia de un ataque cardíaco, que padeció debido a la enorme tensión que tuvo que soportar a manos de los chacales.
Pesquisas policiales de la comisaría 1ª de José C. Paz realizaron procedimientos, con la intención de averiguar el paradero de los marginales. Intervinieron en la causa los funcionarios pertenecientes al departamento judicial de San Martín.
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