Los accidentes de tránsito siguen causando más muertes que las armas

En 2012 casi 600 familias vieron cómo en una ruta o calle de Santa Fe se terminó la vida de un ser querido por un siniestro de tránsito. Casi calcado a lo que ocurrió en 2011, cuando hubo 594 víctimas fatales, los choques, despistes, vuelcos o atropellamientos que dejaron víctimas fatales superan a los homicidios dolosos (intencionales) en la provincia.

Según la Agencia de Seguridad Vial santafesina, el año pasado se perdieron 596 vidas en caminos provinciales contra las 335 muertes por asesinatos registrados por el Ministerio de Seguridad. De esta manera, el número de víctimas fatales del tránsito casi alcanza el récord provincial de la última década: en 2008 hubo 604 fallecidos. Sin embargo, por lo común la sociedad –insisten las ONGs que reúnen a víctimas de siniestros viales– parece no ver al auto, la moto o el camión como un arma. Y esa situación termina siendo el fin para para centenares de personas.

Si bien en 2011 los promedios mensuales de siniestros fueron parejos, el año pasado tuvo a enero como el momento que reunió más cantidad. Los días de la semana con más hechos siguen siendo sábados, domingos y viernes, en ese orden. Respecto del horario, ocurren con más frecuencia durante los cambios de luz solar, esto es, al amanecer, entre las 6 y las 7 de la mañana; y al anochecer, de 19 a 20.

Las esperadas estadísticas de 2012 confirmaron la participación creciente de las motos en los siniestros. En 2011 uno de cada cuatro hechos incluía la participación de por lo menos una moto pero era el auto el que mantenía el puesto número uno. En 2012 el lúgubre trono cambió de titular: 32,6 por ciento de los hechos involucraron a una motocicleta; esto es, de los 883 vehículos siniestrados en hechos fatales, 288 fueron motos. En tanto, el 28,5 por ciento tuvieron al automóvil como protagonista.

La zona urbana (302 siniestros) sigue superando a la zona rural (225 siniestros) en accidentes, aunque la preocupación pasa por las llamadas travesías urbanas, es decir, los ingresos a las ciudades. En 2010 hubo 72 accidentes de estas características, en 2011 aumentó a 91 y el año pasado continuó en ascenso hasta superar el centenar: se produjeron 121 siniestros con víctimas fatales en las travesías.

Además, en las rutas se registraron el 84,4 por ciento de los vuelcos y el 50,5 por ciento de los atropellamientos. Como era de esperar, las colisiones frontales son más frecuentes en rutas mientras que las laterales ocurren con más reiteración en las calles. En ambos casos, la mayoría de los hechos no ocurrió en curvas, sino en rectas. Y muchos en buenas condiciones de visibilidad.

Radiografía de lo que pasó

Más de un 60 por ciento de los siniestros fueron colisiones. En un segundo –pero lejano– lugar están los atropellamientos, con un 17 por ciento del total de los hechos. En éstos hubo 37 bicicletas involucradas y 33 automóviles, pero también 54 peatones y 19 camiones. El tercer lugar, con un 8,3 por ciento de los 528 siniestros, corresponde a caídas de conductores o pasajeros, de las cuales casi la mitad fueron en motocicleta. De hecho, este tipo de siniestro es la única estadística donde la calle urbana supera a la ruta en frecuencia.

Las víctimas fatales fueron en un 80 por ciento hombres y se registró un leve aumento en la franja etaria de veinteañeros, que siguen siendo los involucrados más repetidos en los hechos viales. La mayor parte de los fallecidos eran conductores: sólo un 20 por ciento eran acompañantes o pasajeros. En tanto, unos 54 peatones (un 9 por ciento del total) perdieron la vida en 2012.

Para desmentir la supuesta relación de los siniestros con el estado del asfalto, las estadísticas oficiales indican que en 85 por ciento de los hechos la calzada –ruta o calle– estaba en óptimas condiciones. La excepción fueron dos accidentes con baches, uno en la ruta 70 y otro en la 18.

A su vez, otra situación se reveló en la estadística como mito: el mal tiempo como causal. En un 90 por ciento de los accidentes las condiciones climáticas eran buenas. Sólo 27 casos ocurrieron con lluvia, neblina o demás factores de riesgo, por lo que el motivo, a la hora de explicar la mayor parte de los siniestros, también se reveló como falso.

La estadística hizo así más evidente la distinción de organizaciones no gubernamentales como Luchemos por la Vida, que se niegan a considerar la generalidad de hechos de tránsito como “accidentes” y los llaman “siniestros” al comprobar que la mayor parte fueron evitables.

El ranking de la tragedia

Las rutas y autopistas son los caminos de Santa Fe con más hechos fatales en los últimos años. En 2012, el 61,2 por ciento del total se registró en esas trazas, mientras que el resto ocurrió en las calles de las localidades o, en menor medida, sobre caminos rurales.

La mayoría (287) fueron en rutas y sólo 36 en las autopistas. La que acumula más tragedias es la ruta nacional 11, también conocida como “La carretera Juan de Garay” con 78 víctimas fatales a lo largo de los 616 kilómetros que corresponden a Santa Fe.

Le sigue la ruta nacional 34 que nace en Rosario y llega al límite con Bolivia. El tramo con jurisdicción santafesina de 399 kilómetros alojó 54 muertes.

El tercer camino con mayor cantidad de fallecidos fue la ruta nacional 33, también llamada “Ruta del Desierto de Adolfo Alsina”. A lo largo de los 283 kilómetros que corresponden al territorio provincial fallecieron 23 personas.

En cuarto puesto, siempre según los datos oficiales, fue la ruta provincial 1, que une la capital con Reconquista, con 19 víctimas fatales. En los 118 kilómetros de la ruta nacional 8 hubo 14 muertos por siniestros, igual que la ruta nacional 9 que posee 182 kilómetros en territorio santafesino.

Dos de las tres autopistas en Santa Fe son de jurisdicción nacional: las que unen Rosario con Córdoba y Buenos Aires. Ambas poseen similar registro trágico de más de una decena de muertes, siempre en los tramos que corresponden a Santa Fe. La autopista con más fallecidos por hechos de tránsito es propiedad del Estado santafesino y une Rosario a Santa Fe. También conocida como “Brigadier Estanislao López”, en sus 157 kilómetros se registraron 13 muertes.

Más atrás en la nómina de caminos con más siniestros y víctimas fatales están la ruta nacional A08, más conocida como avenida Circunvalación “25 de Mayo” de la ciudad de Rosario, y la ruta provincial 21, más conocida como la vieja ruta 9, que une Rosario con Villa Constitución.

Herramientas

En un balance oficial emitido en mayo se informó que se inauguraron puestos fijos de la Policía de Seguridad Vial (PSV) en los principales accesos a las áreas metropolitanas de Santa Fe (Túnel Subfluvial y cruces de la ruta nacional 11 y ruta provincial 70) y de Rosario (cruce entre la A012 y ruta nacjonal 9). En tanto, siempre según la publicación oficial, se avanza con el puesto del kilómetro 0 de la autopista Rosario-Santa Fe y en la incorporación de cinco casillas móviles. Tal como publicó El Ciudadano, también están evaluando cuáles serán los caminos que pasan por Santa Fe donde se instalarán nuevos radares para multar a quienes excedan la velocidad permitida y o se adelanten en tramos prohibidos.

Entre agosto y septiembre del año pasado se pusieron en funcionamiento dos programas de prevención: “Ojos en la 33”, que prevé operativos de control vehicular y de alcoholemia de la PSV sobre la ruta nacional Nº 33 en el tramo entre Rosario y Rufino; y “Ojos en la 9”, en el tramo que va desde Funes hasta el límite con la provincia de Córdoba, que constituye el llamado “Corredor Vial” de esa vía de comunicación.

El director de la Agencia de Seguridad Vial, Mariano Cuvertino, explicó que para ambos programas se contó con la firma de once municipios, desde Rosario a Rufino, y otros ocho del tramo Rosario-Tortugas. La única localidad que no firmó fue Cañada de Gómez. “Además de los controles cruzados se busca habilitar los juzgados de falta y capacitar al personal”, consideró el funcionario.