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Ayer la institución de plaza Montenegro de Rosario donde funciona el Centro Cultural dejó de llamarse Bernardino Rivadavia para ser “Roberto Fontanarrosa". Una multitud concurrió al acto realizado justamente en el Día del Amigo. Un homenaje lleno de emoción, humor, tristeza y compañerismo.
Rosario.- Pareciera que hoy el Centro Cultural ubicado en la plaza Montenegro (San Juan y San Martín) fuera otro. Sigue siendo imponente y bastante gris, pero el aura cambió. Hay más alegría en el aire, otras sensaciones alrededor: como si dieran más ganas de entrar a ver qué se expone, qué se ofrece al público.
El cambio, en concreto, no fue más que un cambio de actitud. El lugar ahora se llama, oficialmente, Roberto Fontanarrosa, y la ciudad entera tiene la responsabilidad de hacer valer ese nombre. No caben dudas de que así como se votó por unanimidad el cambio de nombre, también será unánime que toda una ciudad se tome el trabajo de reírse, leer cuentos, historietas, disfrutar del fútbol, los amigos, el mate y la propia Rosario. “Nos damos cuenta de que el espíritu del Negro va a tener que influir decisivamente en este lugar. Un lugar que sin duda es más grato e invitador a ser transitado”, resaltó en breve pero conmovedor discurso Rafael Ielpi, director del ahora Centro Cultural Roberto Fontanarrosa e íntimo amigo del extinto escritor.
El “Roberto Fontanarrosa” abrió sus puertas ayer por primera vez como tal, y la gente fue con el mate, sus hijos, amigos; con camisetas de Central en su mayoría, aunque hubo un osado con gorro de Newell's.
La inauguración, anunciada más de una vez y esperada por todos, sucedió como se esperaba: un acto lleno de risas y recuerdos. Una suerte de escalofrío recorrió el cuerpo de los presentes, una emoción mezcla de humor, tristeza y compañerismo. No hubo mejor manera de celebrar el Día del Amigo que recordando a un personaje que hizo de la amistad un verdadero culto.
