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Rosario

Los abuelos abandonados todavía no tienen un hogar

Esta semana mantendrán una reunión con Pami, que les ofrecería ir a un geriátrico. Tras 19 días, se desconoce el paradero del hijo que los dejó en el bar.

Desconcierto. Hilda y Hugo están viviendo en la casa de su hijo Raúl, pero saben que no podrán seguir allí.

Desconcierto. Hilda y Hugo están viviendo en la casa de su hijo Raúl, pero saben que no podrán seguir allí.

El 5 de junio una pareja de abuelos quedó abandonada en un bar de 27 de Febrero y Corrientes. El hijo con quien vivían no volvió a buscarlos. Desde entonces esperan un hogar. El martes tendrán una reunión con personal del Pami, que les podría ofrecer un geriátrico. Además, la obra social de los jubilados les está brindando ayuda económica. En tanto Raúl, el segundo hijo del matrimonio, los hospedó en su casa, pero se quejó de no tener espacio ni tiempo para cuidarlos.

A casi 20 días de que Hugo e Hilda, de 92 y 86 años, fueran abandonados en un bar, la situación sigue igual. No tienen casa ni tampoco saben qué pasó con el hijo que los dejó. El desconcierto los invade a diario.

Aquel día en el que Hilda y Hugo pasaron tantas horas en el lugar hasta que el personal llamó a la policía, miles de argentinos se conmovieron por su historia, sin embargo los abuelos aún no encuentran una solución a ésto.

Raúl los fue a buscar a la comisaría consternado porque desconocía la situación que estaban atravesando sus padres. “No tengo casi nada de trato con mi hermano”, explicó en ese momento y se llevó a sus padres a su casa, donde vive con su esposa y sus cuatro hijos.

Pero su domicilio es chico y el hombre tuvo que pedir a alguno de los hijos que dejara el lugar a sus abuelos, y se fuera a vivir con amigos. Desde entonces, la situación sigue igual. Hilda y Hugo saben que se tienen que ir, pero no a dónde, y preguntan con frecuencia sobre el otro hijo, aquel que los abandonó. Para esos interrogantes, no hay respuestas.

Más allá de Rosario

La historia de Hilda y Hugo trascendió y llegó a los medios nacionales. En ese momento “llovieron” los mensajes de ayuda solidaria y más de 160 personas ofrecieron un lugar dónde alojar a los abuelos y muchas más ofrecieron ropa y alimentos.

Sin embargo, la explosión de solidaridad no se concretó. “Mucha gente nos trajo comida y ropa, pero de eso estamos bien. A mis padres no les falta abrigo, ni tampoco el plato de comida. Prefiero que lo tengan quienes realmente lo necesiten”, expresó Raúl ante la llegada de bolsas con elementos donados a su domicilio.

Pero, se lamentó porque en su casa no tiene lugar para sus padres. Manifestó que el espacio es chico y que ya no puede seguir viviendo así, por eso sigue reclamando un hogar para ellos. “Hubo gente que me ofreció un lugar, pero quería cobrarme”, detalló.

Por su parte, Hilda y Hugo están en buen estado de salud. “Mi mamá por momentos no se da cuenta de lo que sucede y en otros sí, y me dice que sabe que se tiene que ir”, contó Raúl.

Los dos son autónomos, pero igual necesitan alguien que los cuide.

Ambos cobran mensualmente su jubilación y el Pami les otorgó una ayuda económica, dada su situación, para que puedan alquilar, pero, según Raúl, aun así no llegarían a pagar un departamento. “O comen o alquilan, porque además del gasto mensual de vivienda hay que sumarles los remedios”, relató el hombre.

Techo y cuidado

Raúl reconoció que no los puede cuidar, que necesitan atención, y él no tiene tiempo para prestársela. “Yo no puedo pagar una persona que esté con ellos”, subrayó.

En este contexto, el hijo busca ayuda del Estado. Espera que el martes lo reciban en el Pami. Además, desde el municipio también ofrecieron ayuda en el caso de que Pami no les dé una respuesta satisfactoria.

El hijo de este matrimonio anciano desconoce el paradero de su hermano, aunque ya hayan pasado casi 20 días. Nadie sabe qué fue de este hombre. “Llamé a la Municipalidad de Pérez, que es donde trabaja y me dijeron que tenía licencia psiquiátrica”, señaló Raúl, al argumentar que no sabe qué pudo haber pasado con su hermano.

Así las cosas, la situación sigue siendo confusa. Hilda y Hugo no comprenden por qué los dejó abandonados en 27 de Febrero y Corrientes. Además, nadie sabe con exactitud por qué tuvieron que dejar el departamento donde vivían.

Raúl comenta algunos rumores de los vecinos sobre cierta conducta extraña por parte de su hermano, pero no puede afirmar con certeza nada al respecto.

En tanto, los abuelos siguen esperando que alguien pueda ayudarlos.

Fuente: La Capital

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