Ariel Covacevich -de 56 años- Perteneciente al mítico grupo “Tiburones del Paraná”, logró cruzar a nado el Estrecho de Gibraltar en más de 6 horas de nado.
Los “Tiburones del Paraná” no conocen fronteras ni barreras o mejor, si existen, las superan. Ariel Covacevich -de 56 años- Perteneciente al mítico grupo “Tiburones del Paraná”, logró cruzar a nado el Estrecho de Gibraltar en más de 6 horas de nado.
Junto a otros tres veteranos nadadores argentinos consiguieron culminar el reto de cruzar a nado las aguas de ese estrecho, a pesar de las dificultades de la travesía que hizo que estén seis horas en el agua.
Valeria Ligia Solana, de 42 años, Anselmo Eloy Castagno, de 43 años, y Enrique Daniel Ischia, de 54 años, consiguieron culminar la travesía parando el cronómetro en 6 horas justas mientras que el cuarto nadador, Enrique Ariel Covacevich de “Los Tiburones” -de 56 años- lo hizo en 6 horas y 7 minutos.
Los cuatro nadadores iniciaron la travesía desde la playa de Tarifa (España) y consiguieron alcanzar la costa de Punta Leona (Marruecos), todos ellos con traje de neoprene para protegerse de la baja temperatura del agua, informó la Asociación de Cruce a Nado del Estrecho de Gibraltar (ACNEG), según despacho de EFE.
Los veteranos nadadores estuvieron acompañados en todo momento por dos embarcaciones de ACNEG.
La organización, destacó la autorización concedida por la Capitanía Marítima de Algeciras (Cádiz) así como de las autoridades marroquíes para que se pudiera efectuar el cruce de cuatro nadadores al mismo tiempo.
Hasta hace unos años únicamente se permitía un cruce al día, salvo que los nadadores lo hicieran en la modalidad de relevos
Ariel Covacevich, un “tiburón” más
Si hay algo que caracteriza a este grupo ya mítico de “los tiburones del Paraná” es su trabajo permanente por la inclusión entre personas con y sin discapacidad. Su Complejo, ubicado en la ciudad de Arroyo Seco, en la provincia de Santa Fe, es una muestra cabal de que se puede. Ariel se sumó hace unos años al grupo de “los Tiburones”, entrena en forma continua, planificada, metódica, responsable y plantea objetivos que parecen locos, pero los logra, como nadar en el Lago Nahuel Huapi, cosa que hizo hace un par de años. Es uno de los “tiburones” más grande del grupo, muy querido y afectuoso. Se ha ganado un lugar a base de cariño y solidaridad, siempre apostando a la comprensión y la inclusión.