Maximiliano iba como acompañante en moto junto a un amigo cuando fue ultimado a balazos por parte de desconocidos que lo sorprendieron en la oscuridad de la noche y que también se movilizaban en una motocicleta
Es la leyenda que podía leerse en cada una de las remeras que llevaban puesta las personas que participaron de la marcha con pedido de justicia por la muerte de Maximiliano Montenegro. La manifestación se realizó con motivo de cumplirse en el día de ayer un año de su asesinato y el objetivo, según explicaron familiares del joven fallecido, fue que no se olvide lo que pasó en Arroyo Seco; mientras esperan que la justicia esclarezca el caso.
Desde aquella noche del 12 de febrero de 2015, los familiares y allegados prefirieron conservar el silencio antes de hacer declaraciones a la prensa local; pero en el día de ayer finalmente decidieron que lo mejor era comenzar a hablar para tratar de limpiar la imagen de este muchacho de 28 años que fue ultimado de cinco balazos en las inmediaciones de Maiztegüi y calle Pavón en el barrio Acevedo.
Sus íntimos sostienen que Maximiliano, quien previo al ataque se encontraba en un cumpleaños, fue convencido “por un amigo” para ir en moto hasta no sé sabe donde pero, que en principio, él no quería ir y le insistieron hasta llevarlo. Ese supuesto amigo ya no formaría más parte del círculo de confianza de la familia y pasados los meses, al parecer, “se borró” y hoy ya no tiene contacto con ellos. Desde los más cercanos a Maxi estiman que “lo abandonaron” en el lugar del homicidio, presumen que las balas no eran para él y no se descartaba que lo hayan confundido. Sus seres queridos sostienen que era un chico trabajador – se dedicaba a la albañilería – y mantienen su convicción de que no estaba en nada raro como para “justificar” lo que le sucedió.
A la fecha el caso está en manos de la fiscalía de Rosario pero, por el momento, no hay tenido mayores novedades sobre el suceso. En tanto, los familiares de Maxi denunciaron que, oportunamente, recibieron amenazas tras el episodio. Sin embargo, eso no los frena en el incansable pedido de justicia.
Este 12 de febrero se cumple el primer aniversario de la muerte del joven de 28 años que pereció tras recibir varios disparos de arma de fuego a quemarropa. Sus familiares y amigos realizan una marcha con pedido de justicia esta misma tarde.