Seguinos en 
cielo claro
14°C
14°C
14°C
Bienvenida Martina. Con un gran cartel y el cariño de sus más allegados, la pequeña fue recibida en su nuevo hogar. Foto: Nicolás Trabaina
Fue una de las frases con las que Jéssica Rodríguez, mamá de Martina, resumió los sentimientos encontrados que surgen de dejar el Hospital Víctor J. Vilela para, después de 2 años y 7 meses, finalmente contar con su hija en su nueva casa. Luego de una larga lucha, ahora sí Martina está cerca de sus seres más queridos y junto a sus dos hermanos en el hogar que, desde hace tan solo unas semanas, comenzaron a alquilar en calle 25 de Mayo 36.
“Ella tenía 1 año y 4 meses cuando la trajimos y volvimos a irnos a Rosario a los 2 días (sufrió una descompensación). Y de ahí fue muy difícil salir, fueron muchas las trabas que tuvimos”, comentó entre lágrimas Jéssica Rodríguez que llena de emoción brindó entrevistas a la prensa luego de que junto a Martina llegaran a su casa esta mañana. Desde aquel momento, vale decir, ya pasó 1 año y 6 meses; y ahora parece que todo está dado para que su estadía en este nuevo hogar sea definitiva ya que cuenta con todo lo necesario para su cuidado. Tiene una habitación adecuada y cuenta con todos los equipos para su atención. Incluso ante algún caso de urgencia.
Recordemos que para que se pudiese aprobar el traslado de Martina, era indispensable mudarse a una casa en condiciones, contar con toda la aparatología necesaria y sendos requisitos que, finalmente, lograron poder cumplir con la colaboración y predisposición de muchos actores como el Ministerio de Salud de la provincia, el Hospital Víctor J. Vilela, el Hospital Provincial N° 50 y el Gobierno Municipal. Todos y cada uno hizo posible que hoy la pequeña esté junto a los suyos.
Martina padece una patología, fundamentalmente a nivel neurológico y los cuidados que tiene que tener son múltiples. Principalmente para evitar infecciones respiratorias. Está conectada permanentemente a un respirador y será visitada periódicamente por un equipo de profesionales dispuesto por el Vilela como así también por un equipo del efector público local. Tiene que recibir atención kinesiológica a diario y un seguimiento continuo.
Jéssica ahora solo espera que se adapte a su nueva vida y agradeció a todos los que hicieron lo posible para que ella pueda volver a su casa. Dijo que, en lo que respecta a su salud, “está estable, está bien” y simplemente resumió con que están “muy felices” de emprender juntos esta nueva etapa, ahora desde su nueva casa.
