Oscar Casella, tiene 46 años, vive en el Barrio Cooperativa y es una persona no vidente. Contó que esta mañana estuvo “20 minutos” parado en la esquina de Rivadavia y Libertad, aguardando que algún vecino lo asista al cruzar la calle.
Agobiado de tanto esperar, decidió llamar al 103 con intenciones de comunicarse con Defensa Civil para que le manden ayuda. Sin embargo, le respondieron que este número en Arroyo Seco, solo atiende reclamos de Obras Públicas y que “iban a ver si podían ayudarlo”. Por supuesto, nadie llegó en su auxilio.
Minutos después, dijo que escuchó que un grupo de chicas iba caminando por la vereda de enfrente. “Les grité para pedirles ayuda” y finalmente consiguió cruzar la calle.
Oscar, se dirigía esta mañana como cada día, a la zona bancaria. Allí es común verlo en la puerta “pidiendo”. Lo cual es un trabajo para él, ya que tiene una familia a cargo y con lo poco que recibe como pensión, no le alcanza.
El hombre comentó que después de la angustia que le generó esta situación, se fue hasta la municipalidad donde fue atendido por Adrián Spina y Sebastián Ghione, les recordó que está vigente una ordenanza que no se cumple que es contar en la esquina de Rivadavia y Libertad; o Rivadavia y Sarmiento, con un semáforo sonoro. La respuesta, del ejecutivo fue que en estos momentos es complicado instalarlo porque tiene un costo de “500 mil pesos”.
Dato
Mediante estos artefactos, las personas ciegas o disminuidas visuales, al finalizar los tres sonidos que hace el semáforo, tienen la independencia y autonomía de poder cruzar de manera segura y sin la asistencia de los transeúntes.
El servicio de caterings y fiestas encabezado por Franco Spina, copa todos los eventos de la ciudad, la región y un poco más allá. La última gran fiesta llevada a cabo fue la graduación de la Escuela Santa María Goretti, dónde hubo más de 1.000 personas en Unión. Antes, había realizado la de la Comercial y hasta la escuela secundaria de General Lagos.