Durante ayer y hoy, Cáritas parroquial se abocó a la entrega de bolsones de alimentos y ropa de invierno.
La jornada de más trabajo fue este martes, donde una larga cola pudo observarse en el predio de la Capilla Santa Lucia. Hoy abrieron sus puertas para tratar casos que hayan quedado aislados.
Vale destacar una vez más el trabajo solidario, silencioso y permanente en el tiempo de todas las personas que forman Cáritas, especialmente de muchas mujeres que a pesar de ser grupo de riesgo, estuvieron en la primera línea de trabajo asistiendo a las familias más necesitadas.