El equipo de Russo se impuso 1-0 a Deportivo Merlo y finalizó primero en la B Nacional. A los 13 minutos del segundo tiempo, Javier Toledo marcó el único tanto de cabeza.
Central se fue de la B Nacional a lo grande, a lo campeón. El "adiós", "hasta nunca", del pueblo canalla a la segunda división, fue con vuelta olímpica incluída, tras ganarle 1-0 a Deportivo Merlo en la noche del Gigante de Arroyito. Javier Toledo, el héroe resistido, marcó el único tanto de cabeza a los 13 minutos del segundo tiempo. El rival fue la contracara: perdió la categoría.
Como el regreso a la Primera, que se hizo esperar (tres años), el festejo del título de la divisional también tuvo cierta angustia. El equipo de Miguel Angel Russo venía de una serie de traspiés (ante Instituto en Córdoba y con Gimnasia en La Plata) por lo que la punta corría riesgo.
Al término del primer tiempo, el Lobo ya goleaba a Sarmiento y con el empate parcial le arrebata el título al canalla. Era lo único que estaba en juego ya que ambos equipos sellaron su ascenso en fechas anteriores.
Las novedades estaban lejos de Rosario, en los otros partidos, que además condenaban a Merlo a descender a la Primera B Metropolitana. En el campo de juego, pasaba muy poco. Central era un poco más pero ni preciso ni ambicioso.
Toledo tuvo una chance clara con un remate de zurda que pasó muy cerca y cuando el primer tiempo se moría Bareiro sacó una buena media vuelta, pero demasiado alto. Fue lo único de esa pobre etapa.
Algo les habrá dicho Russo en el vestuario, porque los jugadores reaccionar. Al minuto 13 del complemento, Encina se cansó de gambetear rivales hacia el costado y después abrió para Méndez, quien sacó un finó centro a tres dedos. Toledo saltó más alto que todos sus rivales y cruzó un muy cabezazo para el 1-0.
Antes de eso, el DT había acertado con un cambio: metió a Carrizo por Bareiro para lograr mayor movilidad en ofensiva. El esquema del doble 9, por la ausencia de Medina, no le había rendido a Central.
Lagos jugó unos metros más adelante y aportó más que el paraguayo y, a su vez, Carrizo pesó más que el ex Instituto en la mitad por la izquierda.
Entonces, pese a que Merlo salió a buscar el empate, más por obligación que por convicción, Central siguió siendo más que la visita y por poco lo liquida a los 26. Ferrari se mandó una corrida bárbara por la derecha, llegó al fondo, tiró centro atrás y Lagos pifió en la definición.
Pero los resultados no se modificaron y la fiesta comenzó a crecer en las tribunas del Gigante. El desahogo del ascenso permitió que en la noche de sábado el festejo sea de alegría pura, ya sin angustia. Y así, feliz, con el título bajo el brazo, Central volvió a la Primera.