Seguinos en Facebook Instagram Twitter
nubes nubes 16°C

ASAC: un campeón picante

Logró aguantar los embates de Unión y se consagró bicampeón del futbol grande regional. En el partido, el Panza se impuso por 1 a 0 pero no le alcanzó y el Picante una vez más gritó campeón.

Imagen de ASAC: un campeón picante

Después de un intenso andar, después de varios fines de semana de idas y venidas, de programaciones y reprogramaciones, el campeonato Apertura de primera división de la Liga Regional del Sud llegó a su fin.

Como hace seis meses, los protagonistas que se llevaron todos los flashes se volvieron a repetir.

Arroyo Seco Athletic Club, el Picante, una vez más se transformó en el equipo más regular del fútbol regional y colocó su nombre en lo más alto.

Como hace seis meses, ASAC se reencontró con la gloria y sumó una nueva copa a su nutrida vitrina. Como hace seis meses, ASAC nuevamente es campeón.

El partido

La tarde dominguera se presentó ideal para jugar la gran final. Apañados por un cálido sol que los resguardaba del frío, una verdadera multitud del Picante copó la tribuna visitante para ver, en vivo y en directo, al club de sus amores alcanzar la gloria.

En su casa, como era de esperarse, las tribunas del estadio Antonio Di Giacomo se tiñeron en su totalidad de Negro y Blanco. Más de un millar de personas dijeron presente y estuvieron junto al Panza detrás del sueño. Detrás de la hazaña.

Para ello, el entrenador Marcelo Trivisono apostó al ofensivo esquema de 3 – 4 – 3.

Como ocurrió en los partidos finales, Federico Giuggia estuvo en el arco; los 3 defensores fueron Cristián Paz, Alfio Enrrioti y Damián Cordero; en el medio se pararon Diego Brizuela, Hernán Castria, Eric Hernández y Franco Lastorta; Darío Díaz, Diego Baldi y Diego Encina integraron el tridente de ataque.

En la vereda de enfrente, con el claro objetivo de mantener la diferencia de 2 goles conseguida en el primer mano a mano, el técnico del conjunto visitante Gabriel Santos paró en la cancha un 4 – 4 – 2.

Bajo los 3 palos, nuevamente Germán Tomasini; Jorge Puntunet, Leonel Melillo, Julián Attolini y Matías Vera en la defensa; Pablo Farías, Diego Lovey, Cristian Morales y Carlos Solari en el mediocampo; Carlos Landriel y Maximiliano Trejo en la delantera.

En pos de impartir justicia, y de que no se escape ningún detalle para tener una final sin sobresaltos y errores, la terna arbitral no fue tal y el duelo contó con un quinteto de árbitros. El juez principal fue Julio Ayala y estuvo acompañado por los asistentes Eduardo Rodríguez y Martín Cardoso. A su vez, Daniel Torres estuvo posicionado en cercanías al banco de suplentes local, mientras que Daniel Cantero se ubicó del lado visitante.

Con solamente 5 minutos de retrazo, Julio Ayala hizo sonar el pitazo inicial y ASAC puso en juego las ilusiones de todos los presentes.

Desde el primer minuto de juego, los jugadores de ambos elencos dejaron bien en claro que eran concientes de lo que estaban jugando: una final.

Con la pierna fuerte como máxima exponente, los protagonistas iban a cada pelota dividida como si fue la última y, antes de los 10, tuvo su primera consecuencia.

Tras un involuntario choque de cabezas, entre Diego Brizuela y Diego Lovey, el defensor de Unión se llevó la peor parte y debió ser reemplazado al sufrir una fuerte hemorragia nasal, mientras que el jugador de ASAC logró retornar al campo con un vendaje en su cabeza.

Prácticamente sin tiempo para entrar en calor, Eugenio Verdini saltó a la cancha en lugar del lesionado Brizuela.

Con la velocidad que le aportó el recién ingresado, el Panza comenzó a ganar terreno y paulatinamente arrinconó a la visita en su territorio.

Sin ideas claras, pero con una enorme cuota de entrega y sacrificio, los jugadores de Unión inquietaron en reiteradas oportunidades la valla defendida por Germán Tomasini.

Aprovechando la brillante pegada de Darío Díaz, el conjunto local probó con remates de media distancia y centros al área pero, en ningún momento, logró quebrar el cero de ASAC.

Con la mayoría del tiempo jugando dentro del área rival, la primera mitad también tuvo lugar para la polémica.

El ex Empalme Central Darío Díaz controló en el punto penal y, tras enganchar y esquivar a su marcador, se desplomó en el suelo. Inmediatamente todo el público y jugadores del Panza pidieron penal pero, sin tiempo que perder, Ayala se acercó a Makanaki y le mostró la tarjeta amarilla por simular.

Sin tiempo para más, la persiana del primer tiempo se bajó y Unión se quedó con la amarga sensación de no haber podido descontar.

ASAC, que intentó llevar peligro con remates de larga distancia, aguardaba y sabía que estaba a sólo 45 minutos de su objetivo.

Segundo tiempo

En el complemento, prácticamente desde el vestuario, Unión sacudió el tanteador y condimentó la final.

Cuando transitaban tan sólo 3 minutos de juego, el Panza logró el descuento y todos se ilusionaron con la hazaña.

Tras una infracción, Díaz acomodó la pelota en el costado izquierdo del área grande y sacó un brillante centro – remate que se coló junto al segundo poste de Germán Tomasini. Cuando parecía que la pelota se iba cerca del palo, en el afán por rechazar el defensor de ASAC apenas la desvió y la mandó al fondo de la red.

Con tan sólo un gol de diferencia, Unión nuevamente se volcó en ataque y obligó a ASAC a defender con los 11 jugadores en su propio terreno. Casi sin posibilidades de contragolpear, el Picante se resignó a ir en busca del arco rival y se mentalizó en evitar una nueva caída de su valla.

Desbordes, centros al área, remates de larga y media distancia fueron algunas de las armas con las que Unión trató de doblegar la ferrea defensa visitante.

Con un Tomasini en su máxima expresión, y con imprecisiones a la hora de dar la estocada final, el Panza era testigo de como transcurrían los minutos y vio como se le esfumó el sueño de revertir la historia.

ASAC estudió las variantes, analizó de ante mano el partido y utilizó la herramienta más eficaz para conseguir su objetivo. Si bien es poco vistoso, pero no deja de ser válido, defender es parte del juego y el Picante lo hizo más que bien.

ASAC aguantó los 90 minutos, y todo el tiempo de recupero, en busca de conseguir su sueño.

En la casa de su eterno rival, la Baja Italia volvió a delirar y ASAC una vez más escribió su nombre en las páginas doradas del fútbol regional.

Tras imponerse por 2 a 1 en el resultado global, los Azules se quedaron con el Apertura y se consagraron bicampeón del fútbol de primera división.

Los incidentes

Una vez que finalizó el encuentro, los jugadores de ASAC se fundieron en un abrazo eterno y se dirigieron hacia su gente. Inmediatamente, algunos jugadores de Unión fueron en busca de los de ASAC y, a partir de ahí, se provocaron los primeros desmanes. Al mismo tiempo, no tardaron en dirigir sus reproches hacía el quinto arbitral y estos debieron ser escoltados por la policía hasta el vestuario en donde continuaron los incidentes.

Minutos después, enardecidos por la derrota, el grueso de la hinchada de Unión ingresó al campo de juego y se enfrentó con los efectivos de la policía. Tras un combate que duró varios minutos, los encargados del operativo de seguridad respondieron con balas de goma y gases lacrimógenos.

Sin embargo, los embates por parte de la barra local continuaron y los efectivos policiales debieron retirarse por el sector de la tribuna visitante, siendo así, la única manera de que vuelva la tranquilidad al estadio de Unión.

Fuente: Germán Martínez. Diario El Sur

Comentar

Archivo de Noticias