Por el partido de vuelta de la final, el conjunto de Cuca superó 2 a 0 al elenco paraguayo. Pero como en la ida, los de Almeida habían conseguido la victoria por ese resultado, el "Galo" festejó gracias a los penales
El tiempo de espera llegó a su fin en el Mineirao cuando el árbitro colombiano Wilmar Roldan dio el pitazo inicial. La diferencia de dos goles conseguida en el encuentro de ida llevó a que el equipo de Olimpia salga al campo de juego con un esquema muy conservador, mientras que el Atlético Mineiro mostró un manojo de nervios que parecía perjudicar sus posibilidades en el choque decisivo.
En el primer cuarto de hora el gol pudo haber llegado para cualquiera de los protagonistas, dado que Ronaldinho exigió Martín Silva con un remate de larga distancia y Fredy Bareiro no pudo quebrar la resistencia de Víctor, cuando estaba mano a mano luego de un gran pase en profundidad de Juan Manuel Salgueiro. El duelo era dinámico y la pelota mostraba intenciones de llegar a la red.
Además, el ataque constante del equipo de “Cuca” hacía que su línea defensiva deje varios sectores indefensos. En este sentido, sobre los 30 de la primera mitad, Bareiro colocó una muy buena asistencia para Alejandro Silva, quien a pesar de dejar dos hombres en el camino, su disparo cruzado no tuvo la potencia suficiente para romper la seguridad del arquero lograr.
Recién al minuto del complemento los hinchas del “Galo” pudieron gritar el tanto que le diera la ilusión de lograr la hazaña americana. Un inocente error de Wilson Pittoni le permitió a Jo anotar el 1 a 0, cuando todavía faltaba un tiempo por jugarse. Las esperanzas de conquistar la Libertadores por primera vez en su historia estaban más vigentes que nunca.
Los minutos transcurrían y la ventaja seguía favoreciendo a los paraguayos. Sin embargo, la cantidad de situaciones de peligro generadas por los brasileños paralizaba el corazón de los hinchas del “Decano”. La figura estelar de la noche, Martín Silva fue fundamental para no sufrir una goleada
Para colmo de males, Olimpia desperdiciaba los pocos contragolpes que tenía y cuando faltaban cinco minutos Julio Manzur se fue expulsado por un fuerte golpe en el rostro a Jo. La inferioridad numérica obligó a los de Almeida refugiarse en su área hasta que Leonardo Silva, marcó el 2 a 0 para igualar el resultado global. Faltando tan poco tiempo para conseguir el título, el elenco guaraní se vio obligado de pelear hasta las últimas instancias en el tiempo suplementario.
En la media hora de alargue, los tiros en los palos y las voladas extraordinarias del uruguayo Martín Silva eran moneda corriente para un espectáculo no apto para cardíacos. El esfuerzo físico y la técnica superior del combinado de Belo Horizonte hacían que la “O” sólo se dedique a enfriar el partido y apostar a los penales.