El elenco de Berti fue muy superior, pero igualó 1 a 1 con Godoy Cruz y no pudo estirar la ventaja sobre sus perseguidores. Empezó ganando por Orzán a los 7 del primer acto, pero Fernández lo empató en el complemento. Igual, el rojinegro seguirá siendo puntero
Hizo casi todo bien, Newell’s. Y en ese casi, está la explicación para este partido ante Godoy Cruz, que acabó en empate. Parece mucho castigo para la Lepra no haberse quedado con los tres puntos ante un elenco al que maniató, pero al que no pudo torcer por la gran tarde de su arquero Carranza y por el azar, que se complotó en su contra.
El conjunto de Berti, que venía de perder el clásico, jugó un fútbol de alto vuelo pero solo rescató una unidad ante los mendocinos. Empezó ganando por tanto de Horacio Orzán a los 7 minutos del primer tiempo, lo empardó para los de Palermo el volante José Luis Fernández a los 14 del complemento. Y antes y después, pura supremacía ñubelista.
Plantado en terreno visitante, basado en su gran rotación y trato del balón, Newell’s mostró claramente su superioridad futbolística desde el minuto uno y a poco del pitazo inicial, Orzán coronó de cabeza una jugada colectiva digna de enmarcar. La tocaron varios, la acción desembocó en un centro y el chaqueño sometió a Carranza como si fuera un penal en movimiento. Haciendo mucho en poco tiempo, los del Parque ya estaban arriba.
Si bien hubo variaciones en la intensidad de su rotación, el local siempre tuvo las riendas del pleito. Casi no se arrimó el Tomba a las narices de Nahuel Guzmán, aunque en la primera de cambio, al cuarto de hora de juego de la segunda etapa, un mal rechazo defensivo ante un centro le quedó servido fuera del área a José Luis Fernández, quien remató y con la ayuda de un rebote, descolocó a Guzmán para el 1 a 1.
Y desde allí, el vendaval leproso: se encadenaron una tras otras varias acciones de riesgo, muchas coqueteando con el grito de gol hasta el punto de acabar estrelladas en el palo. La más increíble, a los 35 minutos, fue una triple salvada que contó con dos intervenciones magistrales del arquero Carranza y otra de un zaguero en el área chica. Las dos últimas, a los 42 y 44, un tiro de Tonso en el travesaño y otro de Cáceres en el palo.
No había forma y así llegó el pitazo final. El aplauso genuino de los hinchas a sus jugadores fue la clara muestra de la aprobación de todo el estadio a la faena de la Lepra, que sumó una unidad que sabe a poco, aunque le alcanzará para sostenerse, quizás solo un punto arriba de Arsenal si este gana, por encima de todos al cabo de la fecha 13. A seis jornadas del epílogo, y con los ideales tan claros, no parece poca cosa.