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Un grupo de socios manifestó su repudio al despido de Carlos Bianchi como DT e insultó al presidente del club. La asamblea terminó en incidentes con golpes y hasta sillazos.
Foto: @muybocaweb
El presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, y la comisión directiva del club fueron eje de fuertes críticas por el despido de Carlos Bianchi como entrenador, por parte de los socios 'xeneizes' que asistieron a una escandalosa Asamblea de Representantes en el estadio, que terminó hasta con sillas por el aire.
“Angelici botón, Angelici botón, sos un hijo de ….”, “La comisión, la comisión, se va a la …., que lo parió” o “que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, fueron algunos de los cánticos que se escucharon durante la Asamblea, que tuvo un bochorno en el final.
Los hinchas de Boca dejaron entrever el motivo de su enojo con otra enérgica canción dedicada al técnico que ayer fue despedido por la dirigencia, la ya famosa “que de la mano, de Carlos Bianchi, todos la vuelta vamos a dar”.
La Asamblea de Representantes estaba prevista para hoy desde hace tiempo y el principal orden del día fue la privatización del Museo de Boca, que estuvo a cargo hasta ahora de Museo Deportivo y que para esta nueva concesión presentó un proyecto unido a otras dos empresas: TyC y Santa Mónica.
Al inicio de la reunión, a la que no asistió Angelici, los socios del club, entre los cuales se divisaron también integrantes de la barrabrava, apuntaron sus agravios hacia el Protesorero Marcelo London, uno de los principales directivos presentes, quien debió retirarse ante el silbido generalizado y los insultos.
En tanto, el Secretario General del Club, Carlos Aguas, a pesar de los agravios siguió en la Asamblea, que en un momento por el escándalo generalizado se pidió suspender e ir a un cuarto intermedio, algo que no prosperó.
A pesar de los constantes cánticos en contra de la comisión directiva, finalmente se aprobó la privatización del Museo por 10 años más, con un rédito del 18 por ciento anual para el club, y los socios reaccionaron cantando “Boca no se vende”, al tiempo que comenzaron a arrojar sillas por el aire.
