Le ganó 1 a 0 en el Monumental con gol de Pisculichi y jugará la final de la Copa Sudamericana.
Chau Boca, hola final. Festejó River. En el Monumental, eliminó a su rival de toda la vida y se clasificó a la final de la Copa Sudamericana (enfrentará a Nacional de Medellín). Una noche que quedará en la historia de los superclásicos y que ningún millonario olvidará.
El Millonario ganó 1 a 0 con gol de Leonardo Pisculichi. Así, aprovechó el 0 a 0 en la Bombonera que en un principio no parecía tan buen resultado porque no había convertido un gol de visitante.
El primer tiempo tuvo una tremenda intensidad. Se jugó con los dientes apretados y pasó de todo: el penal atajado por Barovero a Gigliotti en el inicio, el gol de Pisculichi y el gol mal anulado a Gigliotti por una posición adelantada que no exisitió.
River fue más efectivo y encontró lo que Boca falló. Golosina Pisculichi definió con enorme clase; Gigliotti regaló el penal con un remate anunciado y a media altura. Diferencias de un PT muy emotivo.
El complemento perdió un poco de todo. Los nervios jugaron un papel preponderante. Boca se desordenó y confundió los caminos. River entró en tensión y se dedicó a esperar y buscar un contragolpe para liquidar la serie.
En el tramo final, el equipo del Vasco Arruabarrena fue a la carga pero sin fútbol. Fue al frente porque se quedaba afuera. Por instinto. Nada más. Sin Gago en cancha (salió lesionado), le faltó el jugador que piense en la mitad de la cancha.
River aguantó. Defendió y aguantó. Carlos Sánchez tuvo algunas ocasiones para definirlo y Orión sostuvo a Boca en partido. No lo remató, pero no fue necesario. Boca nunca estuvo cerca del gol que hubiera cambiado la serie. Y River se metió en la final de la Sudamericana. Ahora, decime qué se siente.