Es muy común encontrarse con padres que van angustiados al consultorio y preguntan si la falta de lenguaje verbal de su hijo corresponde a un autismo. Analizamos todas las causas posibles.
El inicio del lenguaje de un niño es un hito en la vida familiar, un momento muy esperado por su entorno. Cuando se retrasa, es habitual que todos opinen y sugieran sus propias hipótesis. Pero, ¿en qué momento debemos realmente preocuparnos?
En primer lugar, hay que diferenciar las distintas situaciones. No es lo mismo...
* Si nunca habló.
* Si habla solo para satisfacer sus necesidades (agua, comida, algún juguete).
* Si habla solo en ciertos lugares.
* Si habla, pero no logra construir oraciones adecuadamente, o tiene dificultades para comprender instrucciones sencillas.
Es muy habitual encontrarnos con madres que acuden al consultorio angustiadas y preguntan si la falta de lenguaje verbal de su hijo corresponde a un autismo. Si bien no se puede hacer generalizaciones, lo primordial es entender que el lenguaje en los seres humanos es tan solo una de las formas de comunicación que poseemos. Además, los niños con dificultades del espectro autista fundamentalmente no presentan intención comunicativa, por lo que el déficit es mucho más amplio que el no hablar.
Palabras y gestos, ¿desde cuándo?
La función comunicacional de los chicos involucra el lenguaje verbal pero también los gestos, las miradas y el contacto físico. Perfectamente un niño puede no emitir sonido, pero comunicarse a través de otras estrategias.
Debemos tener en cuenta que, por lo general, los niños empiezan a decir palabras a partir del primer año de edad. Pero antes, desde los 9 meses, los bebés ya utilizan algunas palabras o balbuceos con los que buscan comunicarse.
Los motivos del silencio
La ausencia de lenguaje puede deberse, además de trastornos como el autismo, a problemas auditivos o a dificultades en el procesamiento del lenguaje, entre otras causas.
Aproximadamente 1 de cada 20 niños padecen trastornos específicos del lenguaje. Algunos presentan un retraso en el inicio del habla y, cuando sucede, suelen utilizar palabras sueltas y les cuesta armar oraciones. Da la impresión de que son niños con dificultades intelectuales o autistas, ya que repiten frases, emiten oraciones incompletas o repiten la palabra que dicen los demás. A esto se denomina trastorno de lenguaje expresivo.
Dentro de los trastornos del lenguaje hay otro grupo que se relaciona con dificultades de comprensión. Estos niños presentan problemas para entender lo que otras personas han dicho. No pueden seguir instrucciones que se les dicen y sus oraciones son desordenadas y confusas.
El contexto: un factor a considerar
A veces los niños se expresan perfectamente sin necesidad de emitir palabras. Aquí es fundamental evaluar a estos pequeños dentro del contexto familiar. A veces los padres, sin darse cuenta, comprenden al hijo sin necesidad que hable y eso compromete el desarrollo normal de la comunicación verbal.
Otros chico hablan perfectamente en el medio familiar cercano, pero cuando se encuentran en el jardín de infantes o ante otros adultos evitan hablar, bajan la mirada, y es imposible lograr que se comuniquen verbalmente. Estos pequeños suelen lograr que sus compañeros los asistan y funcionen de traductores de sus necesidades ante la maestra. En el ámbito cercano (con los padres y hermanos), suelen hablar normalmente y hasta asumir una postura despótica. Estos niños suelen tener un tipo de ansiedad muy particular que se denomina mutismo selectivo.
En síntesis, cuando un niño presenta alguna dificultad en el habla o en la comunicación requiere de una evaluación o consulta con un profesional. Un diagnóstico adecuado permitirá una intervención a tiempo.
Por la doctora Andrea Abadi, psiquiatra del departamento Infanto Juvenil y jefa de la Clínica de TDAH y ODD de INECO.
Al comenzar las clases, es muy importante que las niñas y los niños tengan todas las vacunas completas de acuerdo al Calendario Nacional de Vacunación.