Desde la Aduana valuaron el cargamento hallado en San Lorenzo en 6 millones de dólares. La ministra de Seguridad arriba este jueves para informar sobre el procedimiento. Los antecedentes que salpicaron a la región, que una vez más quedó expuesta como una posta del narcotráfico internacional
Una carga de casi 500 kilos de cocaína fue localizada en el interior de un barco con bandera de las Islas Marshall que había atracado en un muelle del puerto de la empresa Vicentin en San Lorenzo.
La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, brindará detalles del hallazgo en una conferencia de prensa prevista para la mañana de este jueves en la sede de Prefectura de San Lorenzo, fuerza que interviene en el procedimiento bajo órdenes del fiscal de ese distrito, Claudio Kishimoto.
Por el momento, solo desde la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (Arca, ex Afip), brindaron detalles oficiales del secuestro de la carga narco que estaba oculta en el buque mercantil Ceci, con bandera de las Islas Marshall.
Este organismo nacional estimó que los 400 –otras fuentes nacionales mencionaban 467 ó 482– asciende a 6 millones de dólares en el submundo del tráfico de drogas a gran escala.
El Ceci provenía de Dubai y, antes de tocar puerto en San Lorenzo, había realizado una parada en el Pontón Recalada, en aguas internacionales del Río de la Plata. Ya en la región y con una carga declarada de pellets de girasol, se dirigía a Países Bajos, dijeron desde Arca.
Aunque no fue confirmado por el Ministerio de Seguridad o el fiscal Kishimoto, una versión señala que fue el propio capitán del barco quien notó una serie de bolsos sospechosos en las cámaras frigoríficas de la embarcación. Este comunicó la anomalía al armador, es decir, el responsable jurídico, del buque, y luego el dato llegó a las autoridades.
Por lo pronto, se desconoce cuándo y dónde fue contaminado el Ceci, y si intervino personal de la tripulación o del puerto. Está claro, sin embargo, que la logística de transporte remite a las grandes organizaciones internacionales de contrabando.
Las fuentes oficiales indicaron que durante el fondeo (registro) de la embarcación, los agentes de la Aduana detectaron bolsos extraños en una heladera que contenía la comida de la tripulación. Luego entró en escena el perro antinarcóticos Cuero, que reaccionó al oler los bultos.
“Los bultos llevaban impresos, en bajorrelieve, imágenes de coronas. Se cree que la marca podría ser el cártel que intervino en la maniobra”, agregaron los portavoces oficiales.
Según fuentes federales citadas por Infobae, la tripulación del buque está compuesta por 21 personas, todas de nacionalidad filipina.
Posta del tráfico internacional
Aunque voceros oficiales tilden el hallazgo de histórico, no es la primera vez que un puerto de la región queda expuesto como una posta estratégica en el contrabando millonario de cocaína, con el involucramiento de emisarios de los cárteles internacionales, alfiles locales de la logística y operadores en Europa.
Como ya indicó este diario, en 2022 se constató que habían salido de Terminal Puerto Rosario (TPR) al menos dos cargamentos de cocaína que fueron incautados en Santos (Brasil) y Róterdam (Países Bajos).
Ese expediente federal puso en evidencia algo que siempre había sido un comentario, incluso de dirigentes políticos: que los grandes volúmenes de cocaína salían puertos de la ciudad o la región.
El mito pasó a ser una realidad.
La causa expuso al menos una manera de contaminar un cargamento: el “gancho ciego”. Esa técnica implementada consistió en romper los precintos aduaneros del contenedor que estaba en el depósito fiscal de TPR para tirar bolsos con droga arriba de toneladas de maní que provenían de Córdoba.
Luego de esa maniobra, se colocaron precintos muy parecidos a los vulnerados, lo que necesariamente implicó connivencia de personal del puerto y, posiblemente, de otras autoridades que al menos en la investigación no aparecen.
Otra causa que muestra cómo operan las grandes organizaciones dedicadas al tráfico internacional de droga, y que usan a Rosario y localidades de la región como uno de los puntos logísticos, es el secuestro de agosto de 2022 de más de 1.500 kilos de cocaína.
El hallazgo fue en un depósito ubicado en Génova al 2400, en Empalme Graneros, una de las zonas con mayores índices de violencia, principalmente por bandas que se pelean a los tiros por la venta al menudeo de una sustancia cuya pureza, en ese punto, ya fue adulterada en más de un 90 por ciento.
Según el expediente de la droga hallada en Empalme, los nombres detrás del voluminoso eran Gabriel Jaime Londoño Rojas y Newson Cheung Sabogal, dos narcos colombianos que llegaron a la Argentina para supervisar las condiciones del cargamento e impartir directivas al local Gabriel Andrés Nicolau, quien fue condenado a 12 años de prisión.
Sobre este último, se estableció que “era el encargado de coordinar los recursos humanos, técnicos y materiales”. Para ello, contaba con la colaboración de José Sofía (alias “Tano”), cuya intervención “importó el frecuente contacto con quien sería el sujeto receptor de los envíos en el continente europeo”, apodado “El Español” o “El Gallego”.
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