Luciano Lucarelli, de 23 años, apareció anoche por sus propios medios, en Roldán, aduciendo que había sido secuestrado. Después se comprobó que era mentira.
El joven Luciano Lucarelli, desaparecido desde el martes pasado, apareció anoche por sus propios medios en Roldán y reconoció que no fue secuestrado, pese a que en principio inventó una coartada para justificar el motivo de su fuga por espacio de algo más de 48 horas, cuando se fue de su casa a bordo de una camioneta.
Cuando faltaban 15 minutos para las 23 de ayer, Lucarelli se presentó por sus propios medios en una comisaría de Roldán y denunció que había sido interceptado por unos delincuentes, quienes lo golpearon y privaron de su libertad. También agregó que fue quemado por colillas de cigarrillo por sus propios captores y que perdió la noción del tiempo a raíz de los la paliza recibida.
Mientras esto sucedía en la seccional de la vecina localidad, efectivos policiales encontraron una moto a la altura de la ruta 9 y su intersección con la A012, y un estuche negro con alhajas en su interior, que la madre del joven reconoció como propias. Fue ahí donde Luciano se quebró y decidió contar la verdad de lo sucedido.
El joven de 23 años reconoció que no fue secuestrado y que se fue de su casa la mañana del martes 27 por un "problema psiquiátrico". En esas 48 horas, Lucarelli dejó la camioneta Chevrolet S10 en el mismo lugar donde fue encontrada por la policía y se cruzó enfrente a comprar una moto en una concesionaria.
Trascartón viajó a Santa Fe y regresó el ayer hasta que decidió presentarse por sus propios medios, tal cual se desencadenó el misterio. Asimismo, no fue víctima de ningún delito y el médico forense también comprobó que las heridas fueron provocadas por él mismo.
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