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Gorosito se abstuvo de declarar en el inicio del juicio oral y público por la megacausa "Carbón blanco"

El empresario, fundador del Club Real de Arroyo Seco, es investigado por el contrabando de más de una tonelada de cocaína disimulada en contenedores de carbón vegetal con destino a Europa.

Patricio Gorosito se sentó por primera vez en el banquillo de los acusados en los Tribunales de Resistencia

Patricio Gorosito se sentó por primera vez en el banquillo de los acusados en los Tribunales de Resistencia

Patricio Daniel Gorosito no tuvo nada que decir al comenzar esta mañana el juicio oral y público a los cinco acusados en la causa denominada Carbón Blanco, la investigación por el contrabando de más de una tonelada de cocaína disimulada en contenedores de carbón vegetal con destino a Europa.

El empresario fundador del Club Real Arroyo Seco ofreció a los jueces unos pocos datos personales, dijo que iba a abstenerse de declarar en la audiencia inicial del proceso al que llegó en libertad. Cuando le preguntaron cómo había construido su pasar económico mentó al hasta hace un año todopoderoso mandamás de la Asociación del Fútbol Argentino. “Yo trabajé un tiempo con el señor Grondona. Le llevaba jugadores de mi zona a Arsenal que era su club”, dijo.

La audiencia arrancó a las 8.30 en la sede del Tribunal Oral en lo Criminal de Resistencia. Allí comparecieron los cinco imputados de integrar una organización creada al efecto de remitir grandes cargamentos de cocaína a Europa camuflada en partidas de carbón vegetal que se armaban en un depósito de Quitilipi, Chaco, y se despacharon por la aduana del puerto de Barranqueras en la misma provincia.

Según lo leído en el acta del juicio Gorosito, de 65 años, era el encargado de garantizar, mediante la logística y la provisión de recursos humanos, los traslados de la cocaína, que cumplía un curioso derrotero: ingresaba al país desde Bolivia, viajaba en camiones cisterna hasta Arroyo Seco donde se traspasaba a otros camiones hasta llegar al depósito del Chaco, donde era mezclada con carbón vegetal.

Vestido con una chomba negra y pantalón del mismo tono, Gorosito lució involuntariamente adormilado durante la tediosa lectura del acta del juicio, levantando las cejas cada vez que era mencionado su nombre. Lo acusaron de ser organizador de una asociación ilícita para exportar la droga y de tráfico de estupefacientes con fines de comercio por tres envios. Uno fue el 8 de marzo de 2012, cuando se descubrieron 380 kilos de cocaína en un depósito de las afueras de Lisboa. El otro fue cinco días más tarde, cuando gracias al aviso de la policía portuguesa las autoridades argentinas detectaron 519 kilos de cocaína en bolsas de carbón, en las terminales 1, 2 y 3 del puerto de Buenos Aires. El tercer envío fue localizado en Lisboa en un contenedor de la misma empresa: 152 kilos de cocaína.

Junto a Gorosito estuvo en el banquillo otro hombre de Arroyo Seco: Héctor Angel Roberto, de 63 años, quien dijo ser inocente y se abstuvo de declarar. El fiscal de juicio oral Federico Carniel lo acusó de ser "la mano derecha" de Gorosito, en el papel de distribuir el dinero del grupo y documentación falsificada. Su abogado pidió que en virtud de una afección respiratoria que padece hace un año y once meses quedara exceptuado de presenciar las audiencias. Los jueces Rubén Quiñones, Eduardo Belforte y Ramón González no lo consintieron y en su lugar convocaron a un médico para que lo acompañe durante el trámite.

También declinaron hablar los otros tres acusados. Uno es Carlos Pérez Parga, porteño de 60 años, con práctica de despachante de aduana, acusado de trasladar documentación y dinero de la organización. Lo mismo Rubén Félix Esquivel, un jornalero de 56 años que era encargado del galpón de Quitilipi donde se hacían las cargas de cocaína en el carbón. Por último rehusó declarar el considerado artífice de la empresa criminal: el abogado porteño Carlos Salvatore, de 58 años, quien está preso en la unidad penitenciaria I de Ezeiza, y siguió desde allí la audiencia por teleconferencia.

Tres de los acusados pidieron no seguir las alternativas del juicio por distintos motivos. Salvatore por problemas de salud, al igual que Roberto. En tanto que Pérez Parga lo hizo alegando que no podía sostener el costo del alojamiento en Resistencia por motivos económicos mientras transcurre el juicio. Los jueces resolvieron que este último, dada su insolvencia, pernocte en un instituto penitenciario mientras dure el juicio, a fin de no tener que pagar.

Luego de que los cinco acusados se negaran a declarar se dispuso un receso hasta mañana cuando empezarán a desfilar el primer lote de testigos de los 50 esperados en el juicio.

Fuente: La Capital

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