Durante 8 meses, el imputado sostuvo que su esposa lo había abandonado y se había ido a México y a Brasil, pero sus hijos nunca lo creyeron. El cuerpo fue encontrado en el pozo del molino que caracterizaba la propiedad de la zona rural de General Lagos que la pareja compartía. El hombre admitió que la había ahorcado en medio de una discusión.
La última vez que la vieron con vida, Elsa Noemí Mercuri tenía 61 años. Fue el 28 de marzo de 2019 y, durante ocho meses, su pareja insistió en que lo había abandonado y se había ido de la casa que ambos compartían en General Lagos. Incluso, se presentó en la comisaría de esa localidad para dejar constancia del abandono del domicilio.
Sin embargo, la verdad salió a la luz 8 meses después, cuando tras un rastrillaje en la zona, algunos restos óseos de la mujer fueron encontrados en el pozo del molino que caracterizaba la finca en la que la pareja vivía. El hallazgo puso en jaque a José María C., que finalmente se quebró y confesó haberla ahorcado en medio de una discusión.
Este miércoles, el fiscal Alejandro Ferlazzo elevó la causa a juicio y le achacó al presunto femicida el delito de homicidio calificado por el vínculo y por mediar un contexto de violencia de género, solicitando la pena de prisión perpetua. La jueza de Primera Instancia, Valeria Pedrana resolvió admitir la acusación y tener por ofrecidas las pruebas.
Desaparecida
Elsa Noemí Mercuri, tenía cinco hijos, con los que intercambiaba mensajes a diario y una activa vida social y mucha participación en redes sociales. Por eso sorprendió tanto su repentino silencio. De un día para otro dejó de frecuentar el pueblo, la biblioteca y suspendió todos los posteos en sus redes. La conducta preocupó a sus hijos que, a diario, le preguntaban a su padre por ella.
La respuesta de José María C. era siempre la misma, discutieron y Elsa se fue. «Dijo que estaba cansada de todo, que se iba y que no iba a volver más». El hombre repitió esa historia con diversas versiones. Incluso llegó a decir que estaba en México o Brasil. Y que había dejado el celular para que no la encuentre. Aunque en otra oportunidad, cambió esa historia y afirmó que Elsa dejó el celular porque estaba roto e iba a comprar otro.
Durante meses sus hijos presionaron y fueron obteniendo diversas respuestas, a veces similares, a veces diferentes. En abril, uno de ellos obligó al hombre a ir a la comisaría para dejar asentado que Elsa había abandonado el hogar, aunque no pidió búsqueda de paradero porque afirmó que su esposa había anunciado que lo dejaba.
A principios de noviembre de 2019, una de las hijas de Elsa realizó una serie de posteos pidiendo ayuda para encontrar a su madre y días después y el portal de noticias Notilagos publicó la historia. Días después, el fiscal José Luis Caterina abrió una investigación de oficio. El 27 de ese mes, durante una rastrillaje en la propiedad de la zona rural en la que vivía el matrimonio, fueron encontrados los restos de la mujer, envueltos en una bolsa de arpillera, junto a una soga y un machete.
Tras el hallazgo, el hombre se quebró y relató que no recordaba en que fecha había tenido una fuerte discusión con Elsa y que, en un momento dado, tomó una soga, la pasó por el cuello de la mujer y la estranguló hasta que perdió el conocimiento. Dijo que en ese momento pensó que sólo estaba desmayada, pero más tarde, cuando se dio cuenta de que en realidad estaba muerta, envolvió el cuerpo, lo llevó hasta el pozo del molino y lo arrojó.
Perpetua
Desde su audiencia imputativa, José María C. permanece detenido en prisión preventiva. Este miércoles se realizó la audiencia preliminar del juicio en el que enfrentará los cargos de homicidio calificado por el vínculo y por mediar un contexto de género.
Durante la misma, el fiscal Alejandro Ferlazzo adelantó que pedirá prisión perpetua y aseguró que el crimen ocurrio en un contexto de violencia de género que se desplegó a lo largo de toda la relación de la pareja, una relación basada en el sometimiento y en una situación de permanente violencia física y psicológica.
Fuente: Conclusión
La víctima estaba internada en el hospital Eva Perón de Granadero Baigorria desde el pasado 20 de octubre cuando intentó frenar una pelea a la salida del salón de eventos donde festejó los 15 su sobrina. Después de múltiples golpes, un joven de 19 años le propinó una patada en la cabeza mientras estaba en el piso. Este domingo se confirmó su deceso
Claudina se presentó en el Instituto Médico Legal para reconocer el cuerpo de su hija. "No puede seguir pasando esto, ni en San Lorenzo ni ninguna otra parte del país. Basta”, dijo.
El jefe de la Policía de Investigaciones, Natalio Marciani, confirmó que uno de los detenidos en la noche del jueves fue quien aportó información que les permitió encontrar el cadáver de la joven. “Todos nos hace presumir que la muerte fue cercana al día de la desaparición”, señaló
Lo halló la Policía de Investigaciones tras allanamientos que realizó en la noche de este jueves en Puerto General San Martín, donde había sido secuestrado un 308 gris que se presume que tendría relación con la desaparición de la joven de 20 años que había sido vista por última vez el 30 de octubre.