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Sigue en estado crítico la joven baleada en zona sur junto a su madre

Virginia Ferreyra está en coma inducido. Claudia Debbio falleció en Isola y Maestros Santafesinos. Quedaron en medio de una pelea de bandas.

Inocentes. Al parecer uno de los tiradores se dio vuelta y disparó contra quienes esperaban el colectivo.

Inocentes. Al parecer uno de los tiradores se dio vuelta y disparó contra quienes esperaban el colectivo.

La tarde del sábado Claudia y su hija Virginia estaban sentadas en la parada de colectivos de Maestros Santafesinos e Isola cuando de pronto se dio una situación confusa: aparentemente un Peugeot 208 gris con cuatro personas a bordo se paró frente a una torre de los monoblocks del Fonavi del Mercado y comenzó a disparar con un arma de repetición. Las dos mujeres y un adolescente se quedaron congelados y desde el auto alguno de los cuatro ocupantes les gritó: “¿Qué miran?”. Y sin apuntar directamente los barrió a tiros. Hay otra versión que difiere en algo de la primera y agrega otro auto negro, aunque los disparos partieron desde el Peugeot.

El final fue doloroso y fatal: Claudia Debbio, de 58 años, resultó con múltiples disparos y falleció debajo del techo de chapa de la parada donde quedó tendida. Y Virginia Ferreyra, su hija de 32 años, recibió varios disparos en tórax, abdomen, ingle y una de sus piernas. Anoche al cierre de esta edición permanecía internada grave en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca). La joven es bailarina es instructora de danzas árabes y su estado era seguido con atención por miembros de la colectividad libanesa.

También resultó herido el adolescente Fabricio Uriel M., alcanzado por los disparos en sus piernas. Este domingo estaba fuera de peligro. En la escena del hecho la policía recogió casi 50 vainas servidas de distinto calibre.

De visita

La tarde del sábado era cálida en la plaza Rodolfo Walsh, de Isola y Maestros Santafesinos, entre gritos de niños y juntadas de adolescentes. Virginia fue a visitar a sus padres a su casa de Isola al 300 bis y sobre las 19.30 decidió volver a su casa en el centro. Su madre la acompañó hasta la parada de colectivos.

“Fueron un montón de explosiones —recordaba este domingo una vecina— pero como hay una canchita de fútbol pensamos que eran cohetes. Hasta que escuchamos los gritos”.

Segundos después de esa balacera un conocido de la familia fue hasta el departamento de Carlos Ferreyra y al ver eso el hombre también comenzó a gritar. “La mujer estaba muy lastimada, con los brazos sobre el cuerpo y se notaba que ya estaba muerta”, contó un joven que estaba en la plaza.

Carlos, al saber que su mujer había muerto, levantó como pudo a Virginia y con la ayuda de otros vecinos la trasladó al hospital Roque Sáenz Peña, de donde fue derivada al Heca. La joven fue ingresada a la guardia donde los médicos observaron que presentaba siete orificios de bala. En tanto los médicos del Sies que trabajaron en la parada de colectivos concluyeron que Claudia había fallecido de múltiples heridas. Su cuerpo fue trasladado al Instituto Médico legal para realizar la autopsia.

A las 19.45 y luego de que Virginia ingresara al Sáenz Peña, Fabricio M. llegó al Heca acompañado por sus familiares en un auto particular y al examinarlo le diagnosticaron dos heridas de bala en sus piernas y lo pasaron al quirófano, permanece en estado delicado pero fuera de peligro.

“Lleno de gente”

En la tarde del domingo circulaban dos versiones entre los vecinos: una ubicaba a un auto y otra dos vehículos. Ninguna hablaba de enfrentamiento entre los ocupantes de los vehículos. “A esa hora la plaza estaba llena de gente, no mataron a más personas porque no. Esta zona del barrio es tranquila, no sabemos por qué pasó esto. Dicen que en la torre que está frente a la plaza hay una mafia y pasan cosas raras, pero no sé”, contó una vecina que luego relató paso a paso la versión de los dos vehículos.

“Eran dos autos que entraron por Isola desde el bajo, con las luces apagadas. Uno se paró pasando la esquina y el otro más atrás y empezaron a tirar. No sé si les respondieron, creo que no. Uno de los tipos que tiraba les dijo a los que estaban en la parada «¿qué miran?». Entonces les apuntó, les dijo «¡Por mirar!» y siguió tirando”. Claudia y Virginia quedaron tiradas y Fabricio apenas podía moverse.

“Estamos muy asustados, aterrados. Si una habla no sabe si no te van a matar. Dicen que fue un enfrentamiento con unos que viven en la torre. Uno ya no quiere ni caminar por el barrio”, comentaba ayer a la tarde otro vecino dando cuenta de las cosas poco claras sobre el hecho.

La versión de un enfrentamiento entre los ocupantes del vehículo y alguien que vive en la torre tomó fuerza cuando los efectivos de criminalística hallaron plomos en distintos departamentos de la torre.

Hace once años que vivo en el barrio —dijo otra vecina—. Esta zona era tranquila, pero ahora nos sentimos impotentes, tristes. Una tiene hijos y la verdad es que no sabés si dejarlos ir al almacén. En muchos barrios marchan y cortan las calles pidiendo por seguridad, pero acá no sabés si te ven protestando y después te disparan. Es muy peligroso”.

Dolor y preocupación

Virginia es egresada del Isef 11, cursó la primaria en la escuela 1280 y la secundaria en el Colegio Nacional Nº 1. Su madre era asistente escolar de la escuela Nº 526, a pocas cuadras de donde la mataron.

Trascendió que Virginia es reconocida internacionalmente como bailarina, ha trabajado en cruceros del río Nilo y en hoteles árabes. Además es la directora del ballet de la Sociedad Libanesa de Rosario.

Ayer unos diez amigos de la muchacha esperaban el parte médico y su evolución en el gran salón del Heca: “Estamos tristes, con mucho dolor. A Carlos le mataron a su esposa y su hija está acá, internada. Es muy triste”, dijo una joven.

Al fin de la tarde indicaron desde el Heca que Virginia estaba en terapia intensiva con asistencia mecánica respiratoria y múltiples lesiones abdominales. Su estado era “grave, crítico” y su pronóstico reservado.

Por las redes también circuló el apoyo a ella y su familia. La Sociedad Libanesa de Rosario emitió un comunicado dando cuenta de que “la directora de nuestra Escuela de Danzas Arabes y su madre quedaron atrapadas en una balacera, siendo víctimas inocentes. Acompañamos a la familia en los primeros momentos y seguimos minuto a minuto su evolución. La situación nos conmociona fuertemente. Mantengámonos unidos y con esperanza de recibir a Virginia con los brazos abiertos para acompañarla en este proceso”.

También la Asociación de Colectividades Extranjeras de Rosario se solidarizó con Virginia y su familia, “víctimas inocentes de la delincuencia que atraviesa nuestra ciudad al ser alcanzadas por una feroz balacera”.

Fuente: La Capital

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