A quince días del inicio formal del período preparatorio, la conformación del Concejo Municipal de Alvear atraviesa un escenario de virtual parálisis. Las negociaciones políticas no logran destrabarse y el cuerpo legislativo se encuentra hoy en un empate que impide definir la presidencia y el esquema de funcionamiento interno. El tablero marca tres votos por lado, una situación que, lejos de ordenarse con el correr de los días, parece haberse consolidado.
De un lado se ubican los tres concejales de Unidos: Benjamín Perruccio, comerciante y ex director de distrito durante los últimos años; Henry Dariozzi, quien hasta el pasado 5 de diciembre se desempeñó como director del Centro de Salud (que reemplazó a Ignacio Boero, cabeza de lista que renunció para asumir la presidencia del club Newell's Old Boys; y Flavia Banfi, secretaria de Gobierno en la última gestión comunal (2023-2025). Este bloque responde orgánicamente al oficialismo local y expresa continuidad política con el Ejecutivo municipal.
En la vereda opuesta se conformó una alianza de hecho integrada por Oscar Montagni, ex presidente comunal, con una condena en primera instancia por administración fraudulenta; Gabriela Gutiérrez, presidenta del Partido Justicialista local; y Gustavo Careaga, productor agropecuario que completa el trío opositor. Esta alianza suma también tres votos y bloquea cualquier intento de imponer autoridades sin consenso. El dato político más llamativo del escenario es el rol de Careaga. Llegó a su banca por el Frente de la Esperanza, un espacio que, a nivel provincial, se encuentra alineado con Unidos en la Convención Constituyente. Sin embargo, en el plano local su posicionamiento se tradujo en un acuerdo parlamentario con sectores claramente opositores al oficialismo municipal, aportando un matiz de contradicción política que complejiza aún más la negociación.
Mientras tanto, el Concejo permanece sin conducción definida, una situación inédita para un cuerpo que acaba de iniciar una etapa clave tras la reciente conformación del municipio como ciudad. La falta de acuerdos no sólo retrasa definiciones administrativas, sino que proyecta un clima de tensión política que podría extenderse si no aparece una salida consensuada en el corto plazo.
Con el correr de los días, el empate se transforma en un problema institucional. La expectativa está puesta en si alguno de los sectores decide ceder, redefinir alianzas o habilitar una presidencia de consenso que permita poner en marcha el trabajo legislativo. Por ahora, el Concejo Municipal de Alvear sigue empantanado, reflejando un equilibrio de fuerzas tan exacto como frágil.
A este cuadro de bloqueo se le suma, según fuentes del oficialismo, una marcada falta de voluntad institucional por parte del sector opositor, que excede la discusión reglamentaria y se inscribe en una estrategia de mayor alcance. En ese sentido, advierten que el objetivo no sería sólo disputar la presidencia del Concejo, sino condicionar y desestabilizar al Ejecutivo municipal, desconociendo el mandato surgido de las urnas y la voluntad popular expresada en las últimas elecciones.
El trasfondo adquiere mayor relevancia si se lo vincula con las propuestas que suguieren, para las municipalidades de la misma categoría que Alvear, que en 2029 renueven cinco de sus seis concejales, reduciendo significativamente la posibilidad de empates estructurales como el actual.
Además, se incorporará la figura de la viceintendencia, que tendría a su cargo la presidencia del Concejo Municipal en caso de ausencia del intendente, fortaleciendo la gobernabilidad y el equilibrio institucional entre los poderes locales. a En este contexto, desde el oficialismo interpretan que la insistencia de la oposición en bloquear acuerdos responde una lógica de apropiación de facultades propias del Ejecutivo, utilizando el empate legislativo como herramienta de presión política. "No se está discutiendo sólo un nombre o un cargo, sino el respeto por el esquema institucional que eligieron los vecinos", señalan. Así, el punto muerto del Concejo Municipal de Alvear deja de ser una disputa coyuntural para transformarse en un síntoma de tensión más profunda: la puja por el poder en una ciudad que acaba de inaugurar una nueva etapa institucional y que enfrenta, desde sus primeros pasos, el desafío de consolidar reglas claras de convivencia democrática.
En este escenario, el oficialismo habría puesto sobre la mesa la propuesta de un Concejo Municipal austero, en línea con los compromisos asumidos durante la campaña electoral y con una estructura administrativa reducida. Este punto se convirtió en otro foco de tensión, ya que no contaría con la aceptación de la oposición, que pretende conformar con varios asesores por concejal, una diferencia de criterio que profundiza el desacuerdo y refuerza el estancamiento institucional que atraviesa hoy el cuerpo legislativo.
La siderúrgica detendrá la actividad en su planta santafesina hasta el 11 de enero. Los trabajadores tomarán vacaciones durante el parate y la empresa acordó con la UOM un esquema de pagos parciales ante un escenario productivo complejo para 2026