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"El Infierno": así será la nueva cárcel de máxima seguridad para narcos y sicarios en Santa Fe

El gobierno de Maximiliano Pullaro avanza en la construcción de un penal diseñado bajo estándares internacionales para alojar a los perfiles más peligrosos. Aislamiento total, tecnología de vigilancia extrema y contacto cero con el exterior.

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Con el objetivo de quebrar el mando de las organizaciones criminales desde las prisiones, la provincia de Santa Fe ha iniciado la construcción de una unidad penitenciaria de máxima seguridad que el propio entorno oficial denomina "El Infierno". Se trata de un complejo diseñado específicamente para alojar a capos narcos y sicarios, eliminando cualquier posibilidad de comunicación con sus bandas en la calle.

A diferencia de las cárceles convencionales, este nuevo penal —ubicado en el complejo penitenciario de Piñero— rompe con el esquema de pabellones comunes. La estructura está pensada para que los internos tengan contacto nulo entre sí y una supervisión constante.

Las características principales del proyecto incluyen:

Celdas individuales de hormigón armado: Diseñadas para ser indestructibles y sin puntos ciegos.

Patios de luz blindados: Los internos tendrán acceso a aire libre en espacios reducidos y rodeados de muros de gran altura, sin contacto visual con otras áreas.

Mobiliario fijo: Camas y mesas integradas a la estructura de cemento para evitar que los elementos sean usados como armas.

Uno de los mayores desafíos de la gestión actual es terminar con las órdenes que emanan desde las cárceles. Por ello, el nuevo complejo contará con:

Inhibidores de señal: Tecnología de última generación para bloquear cualquier tipo de comunicación por telefonía móvil o radiofrecuencia.

Escáneres corporales (Body Scans): Para visitas y personal, asegurando que no ingresen elementos prohibidos.

Vigilancia por IA: Cámaras con reconocimiento facial y detección de movimientos anómalos conectadas a una central de monitoreo externa.

"No hay lugar para privilegios"
Desde el Ministerio de Seguridad han sido tajantes: los detenidos que ingresen a esta unidad no tendrán acceso a visitas de contacto. Las entrevistas con abogados o familiares se realizarán a través de locutorios con vidrios blindados, similares a los sistemas utilizados en prisiones de máxima seguridad de Estados Unidos o Italia (Régimen 41-bis).

"El objetivo es que quienes deciden matar o traficar entiendan que su tiempo de impunidad terminó. En esta cárcel, el Estado tiene el control total", aseguran fuentes gubernamentales.

La obra, que se encuentra en plena ejecución, representa una inversión millonaria financiada con fondos provinciales. Se espera que los primeros módulos estén operativos para finales de 2025 o principios de 2026, permitiendo el traslado de los internos más conflictivos que hoy se encuentran en pabellones de "alto perfil" en otras cárceles santafesinas.

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