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La iniciativa que propone dejar una bebida paga para gente en situación de calle sumó un bar rosarino. Be Coffee, en Moreno y Zeballos, se apropió de la idea italiana y le sumó un plus: una medialuna
Brog: "La iniciativa permite cortar con la indiferencia y generar conciencia en la sociedad". (Facebook Café Pendiente)
El fresco de otoño –y la inminente ola polar que ingresará a la ciudad– hace más que atractivo tomarse un cafecito bien caliente. Pero lamentablemente no todos pueden hacerlo. Por eso nació la idea del “café pendiente” que propone dejar paga una bebida para gente en situación de calle.Y ahora la iniciativa italiana desembarcó en Rosario: el bar BeCoffee se sumó a la movida y le agregó un plus: además de la infusión que compra el cliente, la casa invita una medialuna albeneficiario.
En diálogo con el programa A Diario (Radio 2), el dueño de la cafetería de Moreno y Zeballos Patrick Brog aseguró que la repercusión del café pendiente ha sido hasta ahora “muy buena”, la gente se prende y deja saldado el costo de un café para que un indigente pueda hacerle frente al frío con una bebida caliente.
Para Brog, la iniciativa “es importante para cortar con la indiferencia y generar conciencia sobre una gran porción de la sociedad que no puede acceder a ciertos beneficios”, aún cuando éstos parezcan tan mínimos como un café.
El cafetero de Be Coffee explicó que mantiene una especie de “vitácora” donde linkean al cliente que compra la bebida y al indigente que se cobra el beneficio. Además, advirtió que quien entra a su local pidiendo “un pendiente” debe dejar su nombre y apellido y alguna indicación por dónde se lo puedan encontrar para que quien le invitó la infusión pueda encontrarlo si lo desea. Además, antes de entregarle la bebida se cercioran que efectivamente esa persona viva en la calle para evitar la típica avivada criolla.
“Café pendiente” nació en Nápoles, Italia en 2008 pero pronto traspasó las fronteras y se difundió por toda Europa como símbolo de unión y solidaridad en medio de un continente en crisis. Más acá, en México, ya es un éxito. El objetivo es instaurar una cadena de consumiciones de café en la que el consumidor paga el suyo primero y alguno más para quienes no puedan pagarlo. Así, cuando las personas sin recursos económicos preguntan si hay algún café pendiente, si es el caso se le invita a un café que abonó previamente otro consumidor.
