Los trabajos en la zona del desastre continuaban este miércoles. Hallaron un nuevo cuerpo al mediodía. El gasista sospechoso y un ayudante serán indagados por la tarde. Veinte heridos continuaban internados
Pasó la primera y larga noche de angustia tras la tragedia, pero el amanecer en Rosario renovó la esperanza de familiares y rescatistas de los desaparecidos mientras avanza el trabajo sobre los escombros de los edificios de Salta entre Balcarce y Oroño, el epicentro del desastre más resonante de la historia de la ciudad.
Desde las 6 de la mañana, Mónica Fein encabezó un cónclave entre autoridades municipales y provinciales sobre Oroño y Jujuy. La intendenta señaló que, oficialmente, son diez los muertos identificados. Además, 20 de los 62 heridos permanecían internados, tres de ellos en estado crítico.
Asimismo, que durante el día inspeccionarán construcciones de la zona y convocarán a los vecinos de la cuadra más afectada para analizar si podrán o no retornar a sus hogares.
Durante la mañana, el ministro de Salud, Miguel Cappiello, relevó que dos personas que eran buscadas por familiares y amigos aparecieron con vida. Una estaba, aún conmocionada, en la casa de un vecino. La otra, internada en el Heca. Pero la mala noticia llegó al mediodía, con la aparición del cadáver de una mujer mayor que se convirtió en el muerto número once de acuerdo a los datos difundidos oficialmente.
Entre tanto, el ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, detalló que durante la noche y las primeras horas del día detenían la remoción de escombros para avanzar con las ecosondas que, mediante audio y video, permiten determinar si hay sobrevivientes. Por eso, reiteró el especial pedido de silencio en el lugar.
Fuerzas locales, regionales y nacionales trabajaban en la zona. Algunos de ellos, integrantes de cuerpos de rescate, estuvieron en el atentado a la Amia y en el terremoto en Chile. Y aseguran que no pierden la esperanza: han encontrado gente con vida entres los escombros hasta cuatro o cinco días después.
Mientras los medios de todo el país y el mundo se hicieron eco de la tragedia en Rosario y de la detención de gasistas que habrían trabajado en el edificio de Salta al 2100, el abogado defensor de uno de ellos explicó que se encuentra “en severo estado de shock” y con un cuadro depresivo. Sugirió que aparece como el “chivo expiatorio” para deslindar de responsabilidades a otros organismos, entre ellos la propia Litoral Gas.
Según informó Héctor López en Radio 2, está prevista la indagatoria para la tarde de este miércoles.
En medio del luto, colegios y universidades permanecen sin clases y hasta se suspendieron shows de los próximos días.
El martes de 6 de agosto de 2013, un día negro
Una tremenda explosión en un edificio de Salta entre Oroño y Balcarce se sintió en gran parte de Rosario y generó una tragedia sin precedentes, con al menos doce muertos y más de 60 heridos. El estallido se produjo por una pérdida en una válvula de gas de un edificio, que se incendió y quedó totalmente destruido: se derrumbó un bloque completo de 9 pisos y 18 departamentos. Por la noche, el gasista y un ayudante que habrían originado el incidente fueron detenidos. La búsqueda de los rescatistas de sobrevivientes entre los escombros continuaba. Minutos antes de la medianoche, el titular de Protección Civil, Marcos Escajadillo, confirmó que las tareas continuaban y hasta ese momento no se habían detectado nuevas víctimas.
Tras el estallido, registrado a las 9.38, varios inmuebles cercanos quedaron muy comprometidos, por lo cual se decidió que quienes viven en la cuadra no pueden volver a sus hogares hasta que el municipio y los bomberos verifiquen que no hay peligro. Se vivieron escenas desesperadas, nunca vistas en la ciudad, que jamás sufrió un hecho semejante. Además de los doce muertos confirmados, había más de 62 heridos, entre ellos niños.
Por otro lado, el registro de desaparecidos que era de 19 por la tarde bajó a 15 pasadas las 20 ya que cuatro personas fueron identificadas (dos de ellas, hermanas que contaron cómo sobrevivieron).
El juez Juan Carlos Curto confirmó por la noche que además de los dos detenidos, se comprobó que hubo llamadas desde el edificio a Litoral Gas. "Hubo pedidos anoticiando algún problema a la empresa", dijo según constató la Policía.
El ministro de Seguridad Raúl Lamberto informó que las tareas de los rescatistas continuaría toda la noche en busca de sobrevivientes entre los escombros, que dejó el derrumbe del bloque de nueve pisos. Resaltó además el trabajo de voluntarios que durante toda la jornada colaboraron para asistir heridos, entre otras tareas. Gendarmería custodiaba la zona.
En ese marco, desde el 911 confirmaron que hubo llamadas de alertas desde las 9.33 por una pérdida de gas y que a las 9.38 se produjo una segunda comunicación, en la que se transmitió el estallido en el mismo momento que ocurría. También consta que el gasista advirtió sobre lo que estaba por ocurrir.
Por su parte, los vecinos de los alrededores del edificio donde se produjo la explosión volvían a sus casas de a poco. Agentes policiales, de Gendarmería Nacional y de la Guardia Urbana Municipal (GUM) montaron un operativo de seguridad en la zona.
Por los hechos, se suspendieron las clases en 18 escuelas y la Facultad de Derecho.
La crónica de la tragedia
Luego de la explosión muchos vecinos que no podían salir pedían auxilio desde los balcones, mientras bomberos y policías realizaban tareas de rescate, que se dificultaban por la gran cantidad de escombros y vidrios. A las 13 de este martes, perros especialmente entrenados buscaban sobrevivientes entre los restos del edificio destruido. Más tardes llegaron los equipos de rescatistas de la Nación. "Terrorífico, nunca visto; como si fuera una guerra", describió un rescatista de la brigada canina de la Unidad Regional II. Si se comparaban las fotos de Google Earth anteriores al siniestro con las actuales se podía concluir que un cuerpo del edificio, de tres en total, se vino abajo.
Para colmo, según explicó Litoral Gas, no se podía cortar el gas sin hacer un pozo en Salta y Oroño y Salta y Balcarce, por lo cual había riesgo de explosiones. Finalmente esa tarea se terminó antes de las 13, unas tres horas después del siniestro. También se temía que hayan derrumbes. Por lo cual urgieron a despejar la zona de vecinos y curiosos. Investiga el caso el juzgado correccional número 7, a cargo de Juan Curto, que estaba presente en el lugar durante las tareas de rescate.
A las 16.38 del martes las autoridades confirmaban que había diez muertos y más de 60 heridos. La información se centralizaba en el Cemar, de San Luis y Moreno, a donde podía concurrir la gente que buscaba a un familiar, ya que había varios desaparecidos.
En el edificio, un complejo de tres bloques, había más de 60 departamentos. Un bloque completo, de aproximadamente 18 unidades, quedó totalmente derrumbado. Pero también sufrieron severísimos daños los otros dos bloques y otros edificios cercanos.
Una primera versión indicaba que lo que explotó fue una caldera. Pero luego se aclaró que en el edificio no existía ese sistema. El yerno del portero dijo que un operario –un gasista para el que a la tarde se ordenó la detención– estaba cambiando el regulador de gas en planta baja y que al abrir la llave se produjo directamente la salida de un chorro de gas. Es más el operario salió corriendo a advertir de la situación y pedir auxilio. El portero alcanzó a escapar y estaba en shock, pero se encontraba sano y salvo.
El edificio donde se produjo la explosión quedó como si hubiera sido bombardeado. Al menos otros dos edificios linderos tenían daños de consideración y estaban en situación comprometida. "Me hizo acordar al atentado a la Amia", dijo un testigo. En la calle, llena de vidrios y escombros, el panorama era dantesco.